El Cacif no promovió el salario diferenciado, pero lo apoya

Hermann Girón Délery, también gerente general de Seguros el Roble  y presidente de la Junta Directiva de la Cámara de Finanzas, argumenta, como punto neural, la postura del CACIF de eliminar el salario mínimo para incluir los empleos marginales dentro de las prestaciones de ley.  En cuanto a la imposibilidad de llegar a la canasta básica con Q1,500 indica que, siendo realistas, una familia no se sirve de un solo sueldo.

¿Cuál es su visión de la iniciativa de crear un salario mínimo diferenciado?

Es un concepto valiente, porque estira la ley de Guatemala en una manera creativa. Genera una interpretación que podría crear importantes oportunidades para miles de guatemaltecos que viven en el interior, y que hoy no tienen una oportunidad de emplearse con prestaciones de ley, cobertura de seguridad social y todo el bienestar que eso tiende a contribuir. En mi apreciación, el tema de salarios diferenciados ha sido vilificado, porque se ha visto como una oportunidad de bajar el sueldo a personas. Pero quien lee el Acuerdo se da cuenta de que es para empleos nuevos, en industrias específicas, que no reduce los salarios para nadie, sino que le da oportunidad de trabajo a gente que no la tiene. Y que está circunscrito a unas municipalidades en particular.

En mi opinión, como representante del sector empresarial organizado -y esta es una posición que compartimos, la hemos difundido, y es parte de nuestra estrategia-, el salario mínimo atenta en contra de los salarios marginales con prestaciones, porque saca los puestos marginales del alcance de potenciales empleadores. Hay miles de jóvenes, mujeres, gente de tercera edad, que quisieran trabajar algunas horas al día con prestaciones laborales, y que no lo pueden hacer. La propuesta del sector empresarial es que la ley de Flexibilidad Laboral debería de ser aprobada. El empleador y el empleado deberían de tener la libertad de coincidir en cuántas horas trabaja un empleado y cuánto se le puede pagar, siempre y cuando haya prestaciones de ley y cobertura de la seguridad social.

La asesora jurídica del Procurador de Derechos Humanos (PDH), Anabella Morfin, mencionaba el riesgo de que esta iniciativa cree un precedente para que después el salario mínimo diferenciado se extienda a todo el país.

Yo creo que sería fabuloso que cada municipio, de acuerdo a sus necesidades y sus pobladores, definiera cuál es el salario mínimo. Para que la informalidad en Guatemala, que hoy es del 83%, se revirtiera y tuviéramos un 83% de formalidad. Cada uno de estos cuatro municipios tuvo participación de representantes laborales, empresariales y de la municipalidad, que realizaron un estudio sobre cuál era el costo de la vida en su municipio y, en base a ello, determinaron cuál era el salario que su municipio requería. Es muy diferente el salario que se requiere para vivir en la Ciudad, en Quetzaltenango, en San Marcos, y en una población como San Agustín Acasaguastlán. Y pienso que cada persona que argumenta en contra de que alguien decida cuál es su destino y cómo está mejor, está vedando el derecho a una persona a decidir su destino.

En estos cuatro municipios habrá el mismo trabajo que en otros lugares, pero se remunerará de forma inferior, ¿esto no crearía una rivalidad interterritorial por tener tener en todo el país un salario diferenciado?

Definitivamente va a generar competencia. Y eso es lo que estamos buscando.

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¿No es preocupante que la competencia sea a costa de poner al límite las capacidades de compra y subsistencia de la población?

Yo pienso que polarizar y decir ‘éste está compitiendo por salario’ es ignorar la planificación de estos municipios con la Secretaría de Planificación y Programación de la Presidencia (SEGEPLAN), con el Ministerio de Comunicaciones, la urbanización en esas áreas, las oportunidades, todo lo que gira  fuera del tema del salario. Creo que es injusto medir y convertir en unidimensional el argumento referente a si son buenos o malas estos salarios, ignorando todo lo demás. Ignorando la realidad de la Guatemala que le rodea y los países que nos rodean. Pensemos que toda Guatemala se fuera a uno de esos salarios, ¿contra quién compite? Contra otros países de la región. Y Centroamérica tiene que competir contra India, China, Sri Lanka, Vietnam. Yo no pienso que gente de los lugares en los que hay estos salarios diferenciados vaya a sufrir ,porque esto les va a dar una oportunidad, si la Corte de Constitucionalidad lo permite. Este no es un tema que CACIF promovió, pero es congruente con nuestra postura de que el salario mínimo atenta en contra del salario formal al margen.

Hace un tiempo estuve en unas fincas de San Miguel Pochuta, el Estado les tenía que llevar bolsas de alimentos porque con el jornal diario de la finca (Q30) no les alcanzaba para comer. A lo que voy: ¿No cree que es necesario un salario mínimo que permita al menos alimentarse?  (el precio de la canasta básica a diciembre de 2014 era de Q3,196).

¿Por qué trabajan por Q30? ¿Por qué no dejan de trabajar? Porque no hay opciones. Yo no sé quién es ese empleador, pero si esas personas están trabajando por debajo de las condiciones, que vayan y denuncien en el Ministerio de Trabajo. En Guatemala lo que tenemos que hacer es preocuparnos de cómo  movemos los empleos a la formalidad. Imagínate que esa persona que gana Q30 al día, por 30 días, que son Q900 al mes, tuviera la oportunidad de ganar Q900 con prestaciones de ley y seguridad social. ¿Escogería eso? Y si esa persona pudiera ganar Q 1.500, ¿escogería eso?

¿Y si pudiera ganar Q5.000?

Claro, lo que pasa es que no hay quien los emplee por Q5.000. Es diferente hablar de la teoría económica, de lo que quisiéramos ser, de la realidad que enfrentamos. Y, mientras en Guatemala no exista desarrollo económico, mientras no exista mayor oportunidad de generar empleos en el interior, va a seguir habiendo personas que viven por debajo de la línea de la pobreza, por lejos. Y mientras el Estado no les pueda dar cómo vivir, esas personas seguirán trabajando con alguien que abusa de ellos, que les paga Q30 al día. Pero la alternativa es que les diga: ‘señores, discúlpenme, no les puedo pagar los Q30 porque no tengo para pagarles’, y que se vayan a su casa, trabajen su tierra y que no ganen dinero, sino que ganen frijol y maíz. Estoy ilustrando los extremos. Es horrible ver una ciudad como Ciudad de Guatemala, donde ves una calidad de vida buena, ver personas que viven en lipidia. Es horrible. ¿Quién llega a generar empleo para las personas que viven en la lipidia? Nadie llega. Hay que generar oportunidades que incentiven que las fuentes de empleo lleguen ahí.

Si uno divide Q1.500 entre cinco personas de una familia entre 30 días de un mes, el dinero no es mucho.

No ganan Q1.500, ¿Cuánta gente de esa familia trabaja?

Entonces contamos con que trabaja… ¿quién?

El trabajo infantil en Guatemala es otra de las cosas a las que nos oponemos. La semana pasada estuve con el presidente del Congreso hablando de subir la edad laboral en Guatemala, de 14 a 16, pero los señores de la zona 1 no están de acuerdo con firmar esa ley. Háblales a ellos, porque si tienes una familia de cinco personas… Camina por cualquier esquina y vas a ver cómo no sólo trabaja el padre. Hablemos de la realidad. Yo no puedo juzgar si el salario mínimo es alto o es bajo. Pero puedo decirte que una familia de cinco personas en el campo, definitivamente no trabaja sólo el padre y, definitivamente, no gana el salario mínimo. El papá gana lo que marginalmente le pagan y la mamá trabaja y los niños de 12 y 13 años trabajan sin salario, porque al de 14 años ya le puede pagar el empleador.

¿Contaríamos con el trabajo de los niños para que la familia pueda vivir?

No. Creo que Guatemala tiene graves problemas, y cuatro municipios están generando una oportunidad para que en su municipio se mejoren las condiciones. Si en cada municipio hubiera un trabajo tan profundo como hicieron estos cuatro alcaldes, y todo lo que vino detrás, se descentralizaría el tema del salario mínimo y en cada municipio se reflejaría un salario que fuera más acorde a las necesidades de cada municipio.

Con un salario de Q1.500 los integrantes de esa familia difícilmente se van a alimentar como para que sus cerebros se puedan desarrollar. Supone seguir manteniendo a una población que no está bien alimentada y que no puede pensar bien y que, por lo tanto, no tiene posibilidades de desarrollarse.

Estoy totalmente de acuerdo, pero alguien lo tiene que pagar. A esa persona que gana Q30 al día, tú crees que le parecía explotación que ganara Q1.500, ¿tú crees que le parecía explotación ganar los Q1.900 que ganaría con esto?

No. Pero si en las fincas y en los otros empleos del país pagaran los salarios mínimos y se cumpliera con la ley, ellos estarían ganando Q2.500 o Q2.000, en vez de Q1.500.

Yo pienso que el salario mínimo debe respetarse, y las empresas y personas que yo represento, como presidente del CACIF, cumplen con la ley. Pero aquí no estamos hablando de la persona campesina que vive de la tierra y alguien le está ofreciendo Q30 por hacer un jornal. Estoy hablando de empleos en áreas urbanas en manufactura ligera como oportunidad de tener cobertura en seguridad social, y que no sea un Estado de beneficencia. El empleo formal dignifica. Genera oportunidades de autoestima y superación más allá de alimentarte y darte cobijo. Te da oportunidades de sobresalir como persona, por bajo que sea. La persona que tiene un empleo formal de Q50 al día es más digna que la que vende chicles en la parada de la camioneta, y el que vende chicles probablemente gana más que el que tiene un empleo. El problema de la extrema pobreza en Guatemala no se resuelve a través del salario mínimo, porque esa gente no tiene acceso a un empleo.

¿Cómo se ha recibido esta iniciativa en el sector empresarial? ¿Hay muchos interesados?

El Ministro de Economía habló de 15 posibles inversores de capital importante, con miles de empleos en manufactura ligera. Nadie va a revelar el nombre de las empresas, porque nadie quiere revelar sus planes de inversión estratégica. Hay inversión de empresas locales, y he oído de muy importantes inversiones internacionales, de escalas que podrían exceder lo que en algún momento fue la industria de la maquila en Guatemala, 12 mil o 15 mil empleos. Y requerirían hacer carreteras, áreas de dormitorio para mover gente de Escuintla a Masagua, de Zacapa a San Agustín Acasaguastlán. Serían polos de desarrollo que cambiarían la dinámica de la industria en Guatemala. Estas cinco personas del interior que llegan a la capital a trabajar o, como paso intermedio la capital y después a Estados Unidos, van a estar migrando a lugares donde tengan empleo formal en Guatemala.

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Debido a la especificidad de las industrias que se van a ver beneficiadas de este acuerdo, ¿existe algún sector del CACIF que se sienta excluido?

Pienso que no, porque la intención, el objetivo particular de los alcaldes, fue invitar a sus departamentos o a su municipio empresas que hoy no están ahí. Las empresas que ya están ni se benefician ni salen afectadas. Habría una duplicación del número de personas que tienen empleo formal y cobertura en la seguridad social. Tienen que ser empresas nuevas para beneficiarse de la ventaja del salario diferenciado. Es una inversión nueva, es una empresa nueva, que no existe, que no está en esa municipalidad. El acuerdo gubernativo contempla sanciones para aquel que simula cerrar una empresa para abrirla en otro lado con un menor salario.

Otra de las preocupaciones es que esta medida pueda considerarse como una deslealtad comercial para generar competitividad a raíz de precios, porque el salario diferenciado bajaría los costos de producción. En el CAFTA está establecido el salario mínimo como una de las garantías, al bajar ese salario mínimo se permite esta competencia a raíz de precios.

Yo pienso que ese argumento es absolutamente fallido. México, que aprovecha de una manera mucho mayor el tratado de libre comercio con Estados Unidos, tiene salarios diferenciados por estado, por municipio, por departamento. En Guatemala hay dos salarios mínimos. La interpretación interesante que estos municipios están dando a la Constitución de Guatemala hace primar el derecho a trabajar.

El beneficio para generar precios competitivos en el extranjero es a costa de los trabajadores.

No.

La inversión se va a conseguir a costa de que los sueldos serán menores, entonces los beneficios van a ser mayores para el productor. Yo escuché que este país no produce nada interesante o innovador para vender al exterior y el beneficio para los empresarios sigue siendo a costa de explotar a sus trabajadores.

¿Quién te lo dijo?

Un sociólogo (Carlos Guzmán Bockler: “En ese papel, ¿qué es lo que le importa a un Pretti, o a una gente así? Tener asegurados los compradores de sus productos y, además, sacar de los salarios para aumentar su ganancia, ya que no pueden aumentar ganancia de lo que venden hacia afuera. Porque afuera les dicen lo que van a comprar y lo que van a sacar, y punto. Lo toman o lo dejan”.)

Está equivocado. Guatemala es un país altamente competitivo y las industrias, azucarera por ejemplo, son un ejemplo de calidad de empleo; la industria de palma y banano son un ejemplo de calidad de empleo. La industria de aceite de palma y banano son empresas que participan en el World Trade Organization, y si ellos no tuvieran empleados que tienen lo que tienen que tener no le comprarían bananos, el azúcar, la caña o la palma a Guatemala. No hay que escuchar sólo a las personas que sean víctimas de un victimario, sino a las personas que tienen un empleo formal.