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El mecenazgo que nos salva

En el «uterotopos guatemalensis», los obscenos diputados del Congreso y sus padrinos saqueadores de cuevas son ejemplos de las asfixiantes excepciones a nuestras constitutivas posibilidades de sobrevivencia como especie.
Tipo de Nota: 
Opinión

El mecenazgo que nos salva

30 de Abril de 2020
Palabras clave
«El peso del día» (2017), de Fernando Poyón.

El estado de excepción planetario provocado por un agente microscópico acelular ha puesto al descubierto lo esencial: nuestra condición de «islas uterotópicas» generosas.

Como sugiere el filósofo de las esferas, Peter Sloterdijk, los seres humanos son creadores-creaturas de espacios de acogida y cuidado. Se trata de espacios de mecenazgo existencial que fungen como invernaderos ontológicos. El primordial y modélico: el útero materno. Este, según Sloterdijk, es la barca originaria que moldea el modo de ser humano («ser-en-otro» y «con-otro») y nos resguarda en situaciones diluvianas. Los invernaderos futuros (la familia, la comunidad, la ciudad, el Estado, etcé...

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