Australia se volvió el país con el ingreso por persona más alto del mundo en 1850, cuando tenía una población de medio millón de habitantes. Hoy es una de las naciones más ricas del mundo, con 24 millones de personas. ¿Por qué vale la pena hablar de Australia? Porque, a diferencia de la postura que he promovido en mis columnas en los últimos años, ello lo logró con exportaciones agropecuarias y mineras. Así pues, esto abre la discusión de por qué considero que ese camino no es viable para Guatemala.
Australia tiene dos cosas que no tenemos en Guatemala y que le permite seguir el camino de la prosperidad vía el agro y la minería.
Primero, Australia tiene abundante tierra fértil y rica en recursos naturales. Hoy, por cada australiano, hay 0.3 kilómetros cuadrados de tierra. En cambio, por cada guatemalteco hay 0.006 kilómetros cuadrados. Sí, los australianos tienen 50 veces más tierra por persona que nosotros. Eso afecta las decisiones del país, pues, con tierra abundante, su precio es más bajo y permite que distintos cultivos sean rentables. Por eso los australianos pudieron dedicar grandes extensiones de tierra con pasto para criar ovejas. Las ovejas proveían alimento a la población al mismo tiempo que se podía exportar fácilmente la lana para vestuario. Esta fue su principal exportación entre 1820 y 1850 y luego volvió a ser su principal exportación a mediados del siglo XX. Esta abundancia de tierra respecto a la población es históricamente importante, especialmente cuando ocurre fuera de los trópicos. Otros países similares a Australia, como Estados Unidos y Argentina, pudieron desarrollarse en el siglo XIX con producción agrícola porque podían dedicarse a cultivos y a ganado, que requieren mucha tierra y poca gente. Incluso siendo países con agriculturas fuertes, su población en el sector agrícola es minúscula: la de Argentina es el 1 %, la de Australia el 3 % y la de Estados Unidos el 2 %.
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Segundo, Australia tiene recursos minerales abundantes, los cuales aprovecha dentro de un marco institucional robusto y flexible. Desde 1850 la minería ha sido importante para los australianos, pues es en dicho año cuando se inicia la explotación de sus yacimientos de oro. Y desde 1970 sus exportaciones de hierro, carbón, petróleo y oro son vitales para explicar el crecimiento de este país. Para lograrlo, como explica Ian McLean, ha sido esencial un marco institucional robusto y flexible. Y esa es para mí la principal falencia guatemalteca. Hoy los conflictos en el sector minero son fuertes, pero en el contexto internacional son insignificantes. Es fácil imaginar que, si Guatemala llegase a descubrir grandes yacimientos de petróleo, oro o diamantes, en lugar de usar esos recursos para el desarrollo se metería en más problemas. Imaginen la rapacidad a la que estaríamos sujetos los guatemaltecos por parte de nuestros propios políticos. Imaginen la violencia a la que estaríamos sujetos por la codicia de unidades rebeldes de nuestro Ejército, así como de los carteles mexicanos y colombianos. Guatemala parecería más Libia que Australia.
Pero no toda la historia es agricultura y minería. Australia vivió años terribles entre 1890 y 1940, cuando experimentó una depresión doméstica, la Primera Guerra Mundial y la Gran Depresión. Esto llevó a dicho país a replantear las políticas económicas para buscar una alternativa para evitar el desempleo y los bajos salarios. En dichos años el sector industrial creció de manera importante, lo cual le permitió sobrevivir los malos años. Y luego, gracias al crecimiento de las exportaciones militares durante el período de guerras en el Pacífico, entre 1940 y 1960, volvió a experimentar un crecimiento importante.
¿Qué aprendemos del caso de Australia? Primero, que las condiciones entre Guatemala y Australia son muy distintas. Somos un país tropical con poca extensión territorial y dudosamente tenemos la riqueza mineral y las instituciones adecuadas para su explotación. Creer que Guatemala puede fundar su desarrollo en agricultura y minería es ingenuo. Segundo, que incluso Australia requirió del sector industrial, ya que los sectores agrícola y minero de exportación pueden ser poco confiables cuando el ambiente internacional es malo.
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