Héroes y heroínas en medio de la tormenta

La inestabilidad regresó estos días al Hospital General San Juan de Dios (HGSJD), después de unos meses de calma. Juan Antonio Villeda, hasta el jueves pasado director del centro, renunció después de que la Contraloría General de Cuentas publicara una serie de hallazgos en su contra en su informe anual. Los señalamientos tenían que ver con la fragmentación de adquisiciones por parte del hospital.

Un día después de conocerse su renuncia, Eduardo Arathoon, director de la Clínica Familiar Luis Ángel García —que atiende a personas con VIH referidas del hospital—, y Erika Pérez, directora interina del centro, denunciaron la falta de abastecimiento del HGSJD, que afecta actualmente a los medicamentos para el VIH. Las carencias de fármacos e insumos, según Pérez, se deben a los problemas que el hospital tiene para adjudicar determinados concursos por la modalidad de cotización y licitación, los cuales terminan declarándose nulos. La directora asegura que, en ocasiones, esto obliga a realizar compras fragmentadas por compra directa.

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En el Ministerio de Salud, Edgar González, viceministro administrativo, reconoce que el bajo abastecimiento de medicamentos antirretrovirales se debe a un atraso en la solicitud de compra de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), que se estaría subsanando en julio. González asegura que la cartera ha realizado capacitaciones para fortalecer las áreas administrativas de los centros y lograr así que los concursos se adjudiquen correctamente. Sin embargo, el personal del San Juan de Dios no ha asistido a las mismas.

En conferencia de prensa después del gabinete de gobierno esta mañana, Lucrecia Hernández, ministra de salud, expuso que el HGSJD es el que más bajo abastecimiento tiene de la red hospitalaria: un 70%. El centro únicamente ha logrado bases definitivas de 17 cotizaciones y una licitación. Según Hernández, los 29 directores de áreas de salud y los directores de los 44 hospitales se reunieron hoy con el vicepresidente para exponerle sus inquietudes.

En medio de esta tormenta de renuncias, compras, licitaciones y cotizaciones, el personal médico y administrativo trata de continuar con su rutina diaria. Trata de curar a los pacientes que llegan a un hospital en una crisis eterna. En la foto, un trabajador del área de emergencias del centro atiende a una mujer. Al fondo, colgada de la pared, una sudadera con el símbolo de Superman identifica a unos cotidianos héroes y heroínas.

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