Domingo 27 de noviembre 5:58 p.m.
—Hola, buenas tardes, seño Brenda.
—Buenas tardes.
—¿Le puedo llamar, seño?
—¿Quién es? ¿Llamar para qué asunto?
—Seño Brenda, me llamo Lisandra, me dieron su número para hablar con usted. Una amiga me dio su número, ella me dijo que la ayudó con sus estudios.
—Buenas tardes Lisandra, discúlpame, hoy estoy tratando de descansar un poco, si está bien para tí, puedo hablarte mañana.
—Está bien, feliz tarde.
—Igualmente, hasta mañana.
Lunes 28 de noviembre de 2022, 9:40 a.m.
—Hola, buenos días
—Buenas días Lisandra. Necesito que vengas a hablar conmigo para que hablemos de tu caso.
—La verdad seño es que no puedo ir hoy, porque… porque vivo lejos del pueblo. No puedo porque no sale carro, pero… ¿no se si usted tiene tiempo el día jueves? El jueves llego con usted.
—¡Bueno, Lisandra! ¿Dónde vivís?
—Vivo en aldea Ebenezer.
—¡Ah! …ya. Yo conozco, queda lejos. Si tenés internet, podés contarme por audio qué necesitás: Cuál es tu problema, que querés, qué necesitás… ¿En qué esperas que yo te pueda ayudar? Así te ahorrás el viaje porque siempre es gasto, hija.
—¡Sí! Una amiga me dijo que le has ayudado con su estudio y… (pausa) y le has ayudado con su estudio… y… (suspiro) y eso quería yo también: que me ayudara… ¿no sé si se puede?
—Sí, pero ¿que te ayude cómo? ¿Dónde estudias? ¿En qué grado estás? ¿Con quién vivís? ¿querés estudiar allá? ¿Qué querés? ¡Contame!
—¡Yo quería estudiar!… …mi papá y mi mamá no me pueden pagar mis estudios porque… mi mamá está enferma y mi papá no tiene trabajo y… yo quería estudiar, pero… como ellos no tienen como pagar, pues no estudié. Solo saqué sexto grado. (pausa) Y… solo ese grado saqué, seño. A mí me gusta mucho estudiar y pues es por eso que ya no estudié. Hace tres años saqué sexto primaria. Quería entrar en básicos pero mi papá me dijo que no podía.
—¿Cuántos años tenés? ¿Cuánto dinero necesitás?
—Tengo diez y seis años, este diciembre voy a cumplir diez y seis. ¿Dinero? ¿Dinero para qué, seño?
—Como decís que tus papás no tienen dinero para ponerte a estudiar. ¿Cuánto dinero necesitas para estudiar? ¿Qué gastos hay que hacer?
—Como aquí en mi aldea no hay como estudiar el básico, solo hay de primaria. Pues… yo quería ir a estudiar al pueblo y como me han dicho que usted ayuda a las chicas que no tienen cómo estudiar y usted las pone a estudiar, bueno, eso es lo que me han contado de usted. Mi amiga me dio su número, me dijo háblale, a ver que te dice.
—Tendrías que venir al pueblo. ¿Cúanto de gasto es? ¿Qué dice tu familia? ¿Te dan permiso?
—A mi mamá le gustaría que estudiara. Cuando uno baja al pueblo y cuando uno sube a la aldea se pagan ocho quetzales. Por eso le estoy hablando, porque me gustaría que me puedas ayudar con eso, seño.
—Creo que podemos hacer eso. Veo que tenés tres años de no estudiar y la educación de la aldea no es igual a la de acá, si venís a primero te va a costar mucho. Yo necesito lo siguiente, a ver si estás dispuesta: que vengás a sacar sexto otra vez, no a sacar el diploma porque ese ya lo sacaste, sino que vengás a recibir las clases para acordarte y repasar matemáticas porque primero básico es fuerte. No te inscribirías, sería de repaso, para aprender computación. A eso se le dice como oyente. Terminando sexto, agarramos primero básico en 2023. Dos veces a la semana tendrías que venir, te damos el pasaje todo el año. Si tu familia está de acuerdo con eso, podemos hablar.
—Está bien.
—¿Aceptas?
—¡Sí! ¡Claro que sí!
—Bueno Lisandra, entonces, ¡Bienvenida! Tenemos que hablar con tus papás primero porque yo soy muy exigente. Necesito que vengan tu papá, tu mamá y tú a firmar el compromiso de que van a cumplir, así yo busco el dinero. Esto es como que se están casando conmigo, porque yo no perdono inasistencias y tampoco te voy a soltar hasta que terminemos el bachillerato y necesito que tu familia acepte el compromiso.
Lisandra necesita una esperanza. Las niñas rurales necesitan una.
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