Estas elecciones, amañadas y burdas, solamente son legítimas ante aquellos que aceptan las condiciones en las que se dan.
Aunque comprendo que este sistema electoral no deja muchas opciones, precisamente porque está promovido para que el voto sea la única forma en que la ciudadanía sienta que construye democracia y participa de ella. Sin embargo, desde mi perspectiva y criterio, no hay ninguna razón para hacerlo. No hay participación de aquellos con quien podría sentirme representada y...
Estas elecciones, amañadas y burdas, solamente son legítimas ante aquellos que aceptan las condiciones en las que se dan.
Aunque comprendo que este sistema electoral no deja muchas opciones, precisamente porque está promovido para que el voto sea la única forma en que la ciudadanía sienta que construye democracia y participa de ella. Sin embargo, desde mi perspectiva y criterio, no hay ninguna razón para hacerlo. No hay participación de aquellos con quien podría sentirme representada y con quienes, ideológicamente, comparto los ideales de una vida digna.
En estas condiciones, el impedimento a la participación de Thelma Cabrera y de Jordán Rodas, o de aquellos que quizá podrían hacer un buen trabajo, como Aldo Dávila o Juan Francisco Solórzano Foppa, no son casualidad, son demostraciones de la dictadura hecha a la medida que se ha consolidado en Guatemala.
El país está cooptado y los criminales sacaron a sus títeres para continuar beneficiándose de este Estado que únicamente vela por los intereses de quienes actualmente ostentan el poder. Considero que este chiste electoral continuará sentenciando a Guatemala a ser un territorio cada vez más hostil y oscuro para la mayoría de quienes lo habitan.
Estas elecciones coronarán al racismo, la misoginia y el clasismo como su agenda política y nos terminarán de despojar de los pocos y mínimos derechos que las luchas populares obtuvieron. Los avances que las mujeres y grupos feministas consiguieron se perderán en el nombre del dios cristiano y aquellos que han clamado por justicia verán como recuerdo las sentencias que nombraron el genocidio en este país.
Buscarán encajarnos en el cis-tema para eliminar nuestra diversidad y contaminarán con sus minas nuestro futuro. Tendrán más usurpadores en el sistema educativo y continuarán matando de hambre a la niñez. Son estas elecciones la amenaza más grande contra nuestra vida y nuestra alegría, y las urnas certificarán ese infausto destino.
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