En las noticias de la noche, la presentadora de Noti7 expresa lo siguiente: «Los inadaptados sociales volvieron a hacer de las suyas. Esta vez asesinaron a un hombre que no pagó la extorsión». Con esa introducción, las personas que ven el noticiero han decidido que debemos cuidarnos de los jóvenes porque son personas peligrosas, más cuando se han reunido en pandillas, y que eso justifica, entre otras cosas, mano dura. Resulta entonces que promover todo aquello que vaya contra los jóvenes de zonas rojas o marginales es bueno, sin importar si eso significa matarlos. Además, mejor si militarizan todos los sectores. Así sabrán quién es papá, pues lo militares, «esos sí no son corruptos».
El Estado posconflicto en el que vivimos es uno desordenado administrativamente, de tal cuenta que cualquiera que conozca ese desorden se aprovecha de él. Qué mejor entonces que un general de esa época de guerra interna para conocer las estructuras permeables, las deficiencias centrales de la cosa pública. Y sobre todo qué mejor que un militar para ofrecer mano dura. ¡Seguro que a él sí le creen! La idea es que una persona de estatus social respetable (por lo menos para cierto sector), simpático para el sector económico y con apariencia de ser fuerte (casi un dictador) pueda dirigir el poder político ejecutivo. Así será fácil hacer negocios y aprovecharse de ese desorden administrativo. Para ello, las noticias deben vender la idea de que los peligrosos y malos son los jóvenes y la gente de las zonas rojas del país, pero a la vez decir que los buenos son ese otro grupo simpático.
A mediados del siglo pasado, el sociólogo Edwin Sutherland dijo que había personas que se aprovechaban de su posición social y de su simpatía con sectores poderosos, que tenían el carisma suficiente para ocupar importantes puestos y que, una vez en esos puestos, cometían delitos. A estas personas las llamaría delincuentes de cuello blanco, es decir, no son los que nos presenta Noti7 como los malos, sino como los buenos. Hubo una persona que me dijo: «Con tanta corrupción que se ve, estoy pensando que Rabbé puede ser un buen presidente». Al preguntarle de dónde sacaba esa conclusión, respondió que en la Sonora y en Noti7 siempre salen las cosas buenas que él hace por todos nosotros. Concluyó diciéndome que ojalá mataran a todos los pandilleros.
En ese contexto, muchas personas argumentan que el modelo de Estado que tenemos y el sistema electoral actual garantizan una vida democrática, pacífica y llena de posibilidades de desarrollo. Les es difícil darse cuenta de que precisamente en lo que se han convertido algunos partidos políticos es en pandillas, de que los secretarios generales de estos no difieren mucho del Smiley, de que también salen en Noti7 y de que por ser delincuentes de cuello blanco no se ve o no se nota, pero su corrupción y su enriquecimiento ilícito también matan y extorsionan.
A esas personas que vienen con el argumento de que votando se sale del agujero destapado en 2015 les cuento que Sutherland también decía que la conducta de delinquir se aprende de asociarse con personas que favorecen la actitud de cometer infracciones a la ley. Por eso es difícil que con Jimmy las cosas cambien, pues su partido también se asocia con sujetos provenientes de las mismas clases simpáticas, de estatus social y fuertes como dictadores, de esos que estando en el poder cometen delitos.
Hemos estado teniéndoles miedo a las pandillas de jóvenes de barrios, colonias o zonas llamadas rojas, cuando las pandillas de verdad han estado en el poder político. Por supuesto no son pandillas de personas con carencias educativas y sin formación. Son personas con formación, poder económico y estatus. Son pandilleros de cuello blanco.
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