Sin embargo, en la práctica, consistentemente tomamos decisiones financieras malas con base en todo tipo de prejuicios y sesgos y, en muchos casos, en detrimento de nuestros intereses. De particular importancia son las decisiones financieras en cuanto a la planificación y el ahorro para el retiro.
Este inusual comportamiento es parte del interesante campo de estudio llamado economía conductual. En los últimos 16 años, tres ganadores del Premio Nobel de Economía han realizado estudios directa e indirectamente relacionados con la economía conductual.
Gracias a estos estudios hemos cambiado nuestro entendimiento del comportamiento humano en decisiones financieras. Por ejemplo, el nobel del 2013 explicó, entre otros temas, las desviaciones del comportamiento racional del inversionista durante la crisis financiera mundial y por qué los bancos seguían comprando y vendiendo deudas incobrables en su detrimento.
El nobel más reciente en este campo fue Richard Thaler (2017). La investigación de Thaler sobre nuestra racionalidad limitada explica que las personas no somos «computadoras perfectas» y que nuestra aversión a pérdidas sesga nuestras decisiones financieras. El economista da ejemplos en los que consistentemente tomamos malas decisiones financieras porque en nuestra percepción sesgada nos dan «más paz».
Thaler profundizó en el concepto de que las personas no piensan en su bienestar a largo plazo. Esta idea condujo al desarrollo del campo de estudio de las finanzas conductuales, en el cual el nobel demostró lo terribles que somos la mayoría en nuestra planificación financiera a largo plazo [1].
Thaler también explicó por qué, sin importar el nivel socioeconómico o de educación, la mayoría de las personas no están ahorrando lo suficiente para la jubilación. Esta revelación explica los fallos del programa para el retiro estadunidense 401 (k).
Basado en incentivos fiscales, el 401 (k) es un plan de ahorro voluntario para la jubilación en el cual los trabajadores invierten dinero de su salario y cuentan además con una contribución del patrono, que patrocina dicho plan. Se trata de un beneficio enorme para atraer talento, pues puede ahorrarles al trabajador y al patrono dinero en impuestos, lo cual cubre una buena parte del costo para el patrono.
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En teoría, el programa es estupendo. El trabajador empieza a los 25 años. Con el tiempo, de manera gradual, incrementa su ahorro y selecciona un plan de inversión de mayor rendimiento. A los 65 años, el programa 401 (k) acumula más que suficientes fondos para una jubilación muy próspera.
Sin embargo, desde hace décadas los economistas estadunidenses ven el programa como una bomba de tiempo, pues la mayoría de los trabajadores no lo aprovechan y, de los pocos que lo usan, muy pocos ahorran suficiente. El problema del 401 (k) radica en que se diseñó cuando se creía que los seres humanos tomaban decisiones financieras racionales y actuaban en su propio beneficio.
Hoy, gracias a los estudios de Thaler, entendemos por qué las personas que ganan suficiente, que entienden bien el efecto multiplicador del interés compuesto y que tienen el deseo de ahorrar para el retiro no lo hacen por un sinfín de razones.
Basados en el estudio de las finanzas conductuales, podemos concluir que el mejor plan de retiro no va a funcionar mientras la responsabilidad recaiga en cada persona, que, en promedio, es terrible para la planificación financiera a largo plazo. Por eso los mejores programas de pensiones del mundo, como el de Singapur, son obligatorios.
Un buen sistema pensionario permite que un trabajador se retire sin ser una carga para el Estado o su familia. Al mismo tiempo, es importante entender que los programas de pensiones juegan un papel muy importante en la economía de un país, ya que proveen enormes sumas a través de depósitos a largo plazo para el financiamiento de infraestructura, desarrollo y vivienda. Su beneficio es multiplicador.
Este es un tema que merece nuestra atención.
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[1] Thaler cita el otro libro de Adam Smith, La teoría de los sentimientos morales, como la base sobre la cual se han construido algunos principios de la economía conductual.
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