Vámonos patria a caminar, yo te acompaño

Somos una sociedad que creció con miedo a hablar, con miedo a expresarse, a salir a las calles, a opinar y manifestar. Se nota el cansancio en la mirada y en los hombros ante tanto abuso, violencia, pobreza y corrupción. La desigualdad nos ha pesado siglos, la violencia nos ha desarticulado como sociedad, nos han tratado de poner unos contra otros siendo miembros del mismo bando. ¿Cómo hemos podido permitir eso?

Veo las imágenes en redes sociales y me emociono, asisto a las calles y no sé cómo expresar la felicidad, de esperanza y gratitud ante quienes alzan su voz por todas y todos los que somos parte de este país.  El sonido de la vuvuzela y las consignas en cada una de las expresiones colectivas e individuales es por quienes nos acompañan en esta vida, por quienes ya no logramos conocer, por quienes nos secundan, por ellos mismos, por ti y por mí.

No puedo evitar pensar en este fragmento del poema de Otto René Castillo:

“Por ello pido que caminemos juntos.

Siempre con los campesinos agrarios y los obreros sindicales,

con el que tenga un corazón para quererte.

Vámonos patria a caminar, yo te acompaño.”

Me siento dichosa en estos momentos históricos, de poder vivir el impulso, la sensatez y la organización de las poblaciones indígenas, quienes nos han dado la oportunidad de abrir la brecha para una mejor democracia.

No veamos el límite ni privaciones ante lo que sucede, veamos las oportunidades que nos está generando el cuestionar la sociedad, la estructura de este país, las condiciones en las que estamos como población, y también lo imperfectas que son nuestras estructuras democráticas. El primer paso es proteger la «democracia» que poco a poco debemos ir perfeccionando, posteriormente se manifestarán las necesidades más profundas que no permiten a las guatemaltecas y guatemaltecos avanzar a través de un pleno desarrollo en un estado de bienestar.

Gracias, 48 Cantones; gracias, pueblos organizados. Gracias a ellas y ellos, que luchan por todas y todos, sin dejar a nadie atrás.