Roberto Arzú: «Los empresarios están limando la estaca donde los van a sentar y no se dan cuenta»
Roberto Arzú: «Los empresarios están limando la estaca donde los van a sentar y no se dan cuenta»
Roberto Arzú sigue luchando para que su candidatura sea avalada por el Tribunal Supremo Electoral (TSE). Con el argumento de que realizó campaña anticipada, por el momento su inscripción como candidato presidencial está paralizada
Roberto Arzú, de 52 años, busca participar por segunda ocasión como candidato presidencial. En 2019 obtuvo 267,000 votos y quedó en el quinto lugar de la contienda . Algunas de sus propuestas —que algunos consideran populistas— se basan en que los guatemaltecos no paguen energía electrica por diez años y habilitar la pena de muerte por delitos de corrupción.
Si el Congreso no estuviese de acuerdo con la medida, ofrece acompañar al pueblo a la casa de cada uno de los legisladores para aprobarla.
Tiene un pasado como empresario y como dirigente de un club de futbol. Pero también una disputa familiar por usar el nombre de su difunto padre, Álvaro Arzú Irigoyen, para catapultar su carrera política.
—¿Por qué Roberto Arzú dice ser incómodo para el sistema y por qué lo quieren fuera de las elecciones?
Porque decimos la verdad a pesar de que puede ser políticamente incorrecto. Hemos sido frontales, valientes. Nos hemos encarado a un sistema nunca antes visto en Guatemala que tiene cooptado todo y que es el sistema más corrupto que ha existido en la historia de Guatemala. Encabezado por el Presidente (Giammattei), el muchachito (Miguel Martínez); diputados, Cortes, Tribunal Supremo Electoral (TSE), Contraloría (General) de Cuentas, Ministerio Público, alguna prensa y con la complicidad y apoyo de un sector empresarial grande que se siente cómodo en un sistema así.
—¿Cree que este sistema está trabajando para bloquear candidatos?
Aquí están jugando con fuego. Nunca ha existido tanta desigualdad en Guatemala,el privar no solo a Roberto Arzú sino a Thelma Cabrera y ahora que quieren perseguir a (Edmond) Mulet es atentar contra la democracia que tanta sangre, tantos muertos y tanto tiempo ha costado. Yo siempre digo que uno puede ser un tirano o un dictador si tiene el 85 % de popularidad, pero cuando lo que tiene este presidente es un 85% de impopularidad es cuestión de tiempo para que esto explote.
—¿Y cómo ve el papel del empresariado? ¿No se dan cuenta de la situación o prefieren que siga el sistema como está?
Ellos (los empresarios) tienen dos cosas: uno es que se han vuelto cobardes y miedosos. Creen que lo que es bueno para ellos es bueno para todos, pero a la vez en su silencio y comodidad se han vuelto cómplices. Ellos hablan de macroeconomías, pero no hablan de la división familiar y el costo social que representan los 500,000 guatemaltecos al año que se van de Guatemala en un éxodo por falta de oportunidad y falta de seguridad.
Al final les gusta ver su balance de ganancias a fin de mes porque todo ese esfuerzo de dinero que entra a Guatemala de las remesas es de donde ellos ganan: banqueros, farmacéuticas, azucareros, los de energía eléctrica, etcétera. Es triste ver en lo que se ha vuelto ese sector empresarial cuando pueden generar un balance porque tienen el poder para hacerlo contra un gobierno corrupto.
—En Nicaragua los empresarios apoyaron el régimen y después fueron contra ellos…
Los empresarios están limando la estaca donde los van a sentar y no se dan cuenta o no se quieren dar cuenta, porque ellos miran y se basan en esos índices macroeconómicos. La diferencia entre Nicaragua y Guatemala es que allá es un dictador, acá es un consorcio de Cortes, Congreso, partidos políticos, candidatas a la presidencia, empresarios y eso consolida un poder tiránico mucho más fuerte, mucho más poderoso porque tienen todo el dinero del mundo, desde la corrupción hasta los privilegios que han logrado tener y, claro, enfrentarnos a eso pues obviamente ha traído consecuencias en todo.
—¿Cómo ve que el MP diga que dar una entrevista puede ser tomado como campaña anticipada? Esta entrevista puede ser usada así.
Es increíble, es insólito lo que quieren hacer con Edmond Mulet. Igual que es increíble lo que quieren hacer con Thelma Cabrera y lo que quieren hacer con Roberto Arzú. Es querer descalificar a candidatos para que ganen las dos candidatas Zury Ríos y Sandra Torres, es limpiarles el camino. Esa es la realidad: ellas representan la continuidad de Alejandro Giammattei y de este sistema.
Estamos claros que los únicos tres que quieren descalificar son los tres que podríamos ganar la presidencia contra ellas.
—Su hermano, Álvaro Arzú, hizo alianza con Zury Rios ¿Cómo lo ve?
Es muy triste lo de mi hermano, a mí me da tristeza porque perdió el rumbo y se volvió cómplice. A él le gustó ser servil de ese sector empresarial y de ese pacto de corruptos, y él es el que más está luchando en contra mía, y digo triste porque siendo un hermano uno no esperaría eso. Él sabe que mi padre estaría avergonzado de él. Mi padre jamás fue servil de esos dos sectores, pudo haber tenido otros errores, pero jamás fue servil.
—Hay quienes advierten sobre el riesgo que corre la democracia con la incursión del narcotráfico.
Hoy ya somos un narcoestado y a mí me dicen mucho, pero «vos sos de derecha ¿por qué hablas así?». Es que yo no creo en las ideologías. El problema en Guatemala no es ideológico, el problema de Guatemala es la corrupción. El tema ideológico es lo que han querido sembrar estos de la extrema derecha ¡como mi hermano! que dicen «es que nosotros a pesar de que hay corrupción no importa porque nosotros estamos defendiendo algo más importante que es la soberanía de Guatemala». ¡Paja! Ellos se están defendiendo a ellos que son parte de ese sistema donde tienen beneficios personales.
Aquí simplemente se va a manejar el país con valores y principios. Con cero tolerancia y por eso nuestras propuestas son muy fuertes hasta llegar en ese plan a una pena de muerte contra los corruptos.
—Hablar de pena de muerte para resolver problemas complejos es catalogado como populismo.
Si lo único que voy a hacer es devolverle la paz y seguridad a la familia guatemalteca eso no va a ser negociable. Desde que se fue la Cicig, con todo y ciertos abusos, ilegalidades y errores que cometió, el 90 % de la gente que capturó la Cicig era culpable y era correcto. Hoy estaríamos cien veces mejor con todo y esos abusos con la Cicig de cómo estamos al día de hoy.
—Una Cicig que intentó procesar a su padre ¿aún así lo mantiene?
Sí. Es más, te voy a decir algo mucho más fuerte: mi padre fue de las personas que luchó para que las Cicig se fuera de Guatemala. Tal vez de los más fuertes. Hoy, él de haber sabido que esa lucha para sacar a la Cicig, con todo y esos abusos e ilegalidades, convertiría a Guatemala en lo que se convirtió, estaría arrepentido.
Y repito con todo y los abusos, con todo y los errores y con todas las ilegalidades que pudieron haber cometido, el 90 % de las personas que capturaron y que hoy vemos que están saliendo libres de una manera increíble.
Más de este autor