El empobrecimiento no es lineal, con el tiempo, al no resolverse las causas que la originan, tiende a recrudecerse, provocando situaciones infrahumanas para los grupos sociales históricamente excluidos, a quienes sistemáticamente se les somete al hambre y la penuria.
Con esto no se pretende dar la idea de que toda la responsabilidad del Estado sea de Giammattei o de su gobierno, ya que la historia nos demuestra que, período tras período, lo que ha imperado es la falta de voluntad...
El empobrecimiento no es lineal, con el tiempo, al no resolverse las causas que la originan, tiende a recrudecerse, provocando situaciones infrahumanas para los grupos sociales históricamente excluidos, a quienes sistemáticamente se les somete al hambre y la penuria.
Con esto no se pretende dar la idea de que toda la responsabilidad del Estado sea de Giammattei o de su gobierno, ya que la historia nos demuestra que, período tras período, lo que ha imperado es la falta de voluntad política para cambiar verdaderamente la situación, sin embargo, es importante no olvidar que este gobierno se ganó a pulso el repudio de la mayoría de la población, por su frivolidad y descaro para mentir y robar, algo de lo cual tampoco se exime a los gobiernos anteriores.
En marzo de 2023 el Fondo Monetario Internacional (FMI) visitó Guatemala y declaró que la estabilidad macroeconómica y financiera del país en 2022 se mantuvo estable a pesar de «un contexto mundial desfavorable», sin embargo, esto fue posible principalmente por el aumento en el ingreso de remesas que, según el Banco de Guatemala, batió récord ese año al registrar un crecimiento interanual del 18 %, calificándolo como «el año con el mayor monto de remesas de la historia de Guatemala». Esto significa que no es un logro del gobierno de Giammattei, sino que, por el contrario, pone en evidencia el aumento de la migración forzada, principalmente hacia Estados Unidos, en donde miles de guatemaltecas y guatemaltecos residen sin condiciones dignas por el estatus de «ilegal» que se les ha impuesto en ese país.
Tan solo del uno al diez de enero de 2024 han retornado por vía aérea desde Estados Unidos a 2,446 guatemaltecas y guatemaltecos, de esta cifra 493 corresponde a menores acompañados y siete no acompañados, según datos del Instituto Guatemalteco de Migración. Lamentablemente, mientras los problemas estructurales persistan, estos números, que significan vidas, seguirán aumentando, ya que las condiciones económicas serán cada más insuficientes por el alza en los precios de la Canasta Básica y los servicios como energía eléctrica, transporte y vivienda.
Se puede decir que son las niñas, los niños, las y los adolescentes quienes la están pasando peor, ya que constituyen la mayor parte de la población del país, pero aún así es en quienes menos se invierte. Según datos del Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (MSPAS) en 2023 fueron registrados 25,237 casos de desnutrición aguda en niñas y niños menores de cinco años y 54 fallecieron. «La gran cruzada nacional por la nutrición» solo le sirvió a Giammattei y sus allegados para hacerse de viandas, a costas del hambre de miles de niñas y niños.
Y todo se pone peor si se es niña o mujer adolescente, pues además de la violencia económica y racial, también deben enfrentarse cotidianamente a la violencia patriarcal, la cual claramente se refleja en esos 52,878 registros de nacimientos y embarazos en niñas y adolescentes entre 10 y 19 años, de enero a octubre de 2023.
No se puede construir un futuro desde el hambre y la violencia. Solo resolviendo los problemas estructurales podremos garantizar una vida digna para toda la población.
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