Los lazos de estrecha convivencia entre Guatemala y México son históricos, no solo por compartir límites, sino por las dinámicas sociales comunes. Por supuesto, la cercanía de territorios ha sido determinante, pero más la correlación de circunstancias.
En ese sentido, cuando Pedro de Alvarado incursionó en 1524, lo hizo acompañado por guerreros de Tlaxcala y Cholula que contribuyeron con la conquista. Después de la singular «independencia» decretada en 1821, a los cuatro meses se produjo la fugaz anexión a México. El triunfo liberal de 1871 cimentó su éxito en una logística levantada en la frontera norte.
Durante el conflicto armado interno, especialmente a partir de los años ochenta, el sureste mexicano permitió que 45 mil guatemaltecos/as se asentaran en calidad de población refugiada. Esta recepción se vio favorecida porque centenares de familias chapinas acostumbraban entrar en México para trabajar en plantaciones de café.
México fue promotor y protagonista de los acuerdos de paz, ya que cinco de los doce se suscribieron en la vecina nación y el gobierno de esta fue integrante del Grupo de Contadora, instancia formada también por Colombia, Panamá y Venezuela que estimuló el ceso de las guerras en el Istmo.
[frasepzp1]
Artistas de disciplinas como las letras, la pintura, la música y la escultura, entre otras, destacaron enormemente al proyectarse desde México con la bandera guatemalteca. Otro ángulo relevante es el comercial. Guatemala es uno de los principales socios de México en Centroamérica, está entre los diez en América Latina y el Caribe, y entre los 30 del mundo. Poco más de cien empresas mexicanas operan en nuestro país.
Por lo descrito, las elecciones realizadas en México tienen un margen de trascendencia en Guatemala, particularmente la presidencial que arrojó un inobjetable triunfo, desde el punto de vista numérico, de Claudia Sheinbaum. De esta forma, el partido que nació en 2012 y que con López Obrador a la cabeza alcanzó las mieles del poder en 2018, ha ligado un mandato que lo consolida.
Son oportunas las referencias citadas a propósito de la nueva administración, la cual no augura cambios que alteren la armonía entre vecinos, dado que López Obrador dejó trazada la ruta en su encuentro de mayo con el gobernante Bernardo Arévalo, en Tapachula, Chiapas.
Vale subrayar que, por las características de AMLO, es bueno pensar en cuánto tomará para que Sheinbaum se posesione y disminuya la influencia de su antecesor, quien anunció que pasará al retiro una vez entregue la banda; sin embargo, solo el futuro mostrará si lo cumple o no.
Indudablemente, la brasa entre los abrazos será el tema de las columnas de migrantes multinacionales que pasan por Guatemala e ingresan en suelo mexicano. Y es que, si bien desde siempre ha habido compromisos y el tercer actor, Estados Unidos, suele aportar recursos para disminuir el flujo, las movilizaciones persisten. Por cierto, en el caso de Guatemala, las remesas enviadas desde Estados Unidos con sello de migración representan la quinta parte de nuestro Producto Interno Bruto.
Ya cerrado el recital votante ofrecido por Morena y sus aliados, puede pronosticarse que el gobierno de Sheinbaum mantendrá la línea de comunicación con su par de Guatemala, por lo que la estabilidad continuará en las relaciones. En ese ambiente habrá ruidos distantes por el tema migratorio y las operaciones de los cárteles del crimen organizado, aspectos que levantarán olas, pero como no habrá tempestad, la calma marcará el rumbo.
Más de este autor