Protestas en el MP: acuerpados en el barrio Gerona
Protestas en el MP: acuerpados en el barrio Gerona
«¡Bienvenidos!» dijo un líder de 48 Cantones a un grupo de jóvenes que llegó al edificio del Ministerio Público. El recibimiento —en términos de residencia—, debió ser al contrario; los jóvenes viven en esta ciudad y los líderes en Totonicapán y Sololá. Pero si se ve desde el detonante, de quién dio el primer paso para concretar el Paro Nacional (ahora indefinido), tiene sentido. Esta es una crónica de cómo organizaciones ancestrales, estudiantes y vecinos del barrio Gerona en la zona 1 capitalina, se acuerpan para mantener las manifestaciones.
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Desde junio en la ciudad y algunos puntos del país, las protestas han sido más o menos continuas.
Existe algo de «cotidianidad» en ver en redes sociales las banderas y algunas pancartas con memes, o escuchar las consignas que han acompañado varias causas. También el ensordecedor sonido que logran unas cuantas vuvuzelas juntas. Hay enojo, ceños fruncidos y gritos. Pero hasta ahí.
Eran manifestaciones citadinas que no echaban raíces, eventos esporádicos que no terminaban de causar incomodidad en el Gobierno.
Desde Totonicapán también hubo intentos no concretados por paralizar el país, amenazas que daban un ultimátum de 48 horas pero que, vencido el plazo, se perdían en el debate de otra crisis institucional.
Esta semana, tras varios intentos, los malestares se unieron hasta sumar 94 puntos paralizados simultáneamente en todo el país.
Lunes 2 de octubre: La convocatoria
La semana comenzó con los 48 Cantones de Totonicapán y otras alcaldías indígenas en las carreteras. La demanda era puntual: que renuncien la Fiscal General Consuelo Porras, el fiscal Rafael Curruchiche y el juez Fredy Orellana.
Miembros de las autoridades ancestrales viajaron hasta la ciudad de Guatemala para hacer un plantón frente al Ministerio Público (MP).
«Hacemos un llamado a todo el pueblo de Guatemala, que se unan a este movimiento social porque este es un movimiento en defensa de la democracia», dijo en el micrófono Luz Emilia Ulario, alcaldesa de Santa Lucía Utatlán, antes de dar un mensaje en K’iche’.
Las horas pasaron, algunas personas llegan a apoyar, se quedan un momento y luego se van. Quienes permanecen son las que vienen de lejos. Prometieron quedarse en protesta y lo cumplieron, amanecieron frente al edificio.
Martes 3 de octubre: Solidaridad y una empresa de baños que no llega
Faltan veinte minutos para las 9:00 horas. Desde una bocina en la parrilla de un Volkswagen Variant de los años 60, suena a todo volumen una versión en marimba del «Tucanazo». Bajo el techo de un toldo hay pocas personas bailando, pero muchas viéndoles, sonriendo y tomando fotos o video del momento.
A lo lejos, detrás de unas rejas, todo el grupo es observado por una fila de policías. Esta escena ocurre frente a la sede central del MP, en el barrio Gerona de la zona 1 de la Ciudad de Guatemala.
Luego de un par de canciones más, un joven toma el micrófono. Está vestido todo de blanco, lleva sombrero y una faja roja, es la indumentaria de su departamento. Su nombre es Jorge González de la Alcaldía de Rabinal, Baja Verapaz. Habla con los presentes y les recuerda por qué permanecen allí. «El problema es con la cabeza de la institución que se llama María Consuelo Porras Argueta y el señor Rafael Curruchiche. Nosotros venimos a pedirle la renuncia a esos dos corruptos. No nos vamos de aquí hasta conseguir la renuncia de esos corruptos».
Recuerda que la manifestación es pacífica y que no van a permitir que se pinte o dañe el edificio. «El señor presidente de los 48 Cantones llamó también la atención para que todos respetemos el edificio, porque eso nos ha costado a todos los guatemaltecos. Lo que venimos a hacer es pacíficamente exigiendo la renuncia de los corruptos. No venimos a agredir, no venimos a manchar, no venimos a destruir. Venimos a construir el pueblo de Guatemala».
Luego invita a otras autoridades ancestrales a bailar. Se acercan dos más y se mueven al ritmo de un son. Las personas los ven y algunas aplauden al ritmo de la música.
A pocos pasos se ven un par de mesas plegables con ollas de comida, cajas de plástico llenas de sándwiches envueltos en servilletas, bolsas de pan de manteca y pirujos, vasos desechables llenos de café y cinco personas sirviendo comida. Detrás de ellos se puede ver una gran cantidad de cajas de jugos, botellas de agua pura, papel higiénico y otros insumos.
Una de las personas que reparte comida es Pablo Herrarte, miembro de Landivarianos. «Nos hemos organizado a través de grupos de universidades, de amigos. Hemos encontrado esos puntos donde podemos ayudar. Acompañamos en la Calle Martí y luego venimos para acá» explica.
Los implementos que han conseguido han sido donaciones de varias personas. Algunas llevan los insumos y otras ya llevan la comida preparada. «La gente ha venido a dejar alimentos, agua pura, almuerzos, desayunos. Hemos ido coordinándonos para ver quién va por los alimentos y quiénes reparten».
El lunes y el martes fueron días complejos para el tema de los sanitarios, pues ninguna empresa estaba dispuesta a brindar el servicio de baños portátiles.
Los sanitarios en el MP ocuparon la conversación dos veces en las últimas semanas.
La primera fue en la última semana de agosto —justo después de que se anunciara la suspensión del partido Movimiento Semilla—, una hilera de letrinas portátiles fue instalada frente al edificio del barrio Gerona, y tapaba parte de la reja que manifestantes estaban utilizando para colgar pancartas. El MP se desvinculó de la contratación y pidió a la Municipalidad de Guatemala ayuda para retirarlos; agregó que pidió ayuda a la Unidad Antiexplosivos de la Policía Nacional Civil (PNC) para inspeccionar posibles riesgos. Nadie se hizo responsable por los baños.
La segunda ocasión fue el martes pasado. «No quisieron venir a los alrededores del MP. Entonces nos tocó hablar con la gente del mercado aquí cerca, nos han prestado los servicios sanitarios. La gente ha sido solidaria con eso, dicen “No podemos estar todo el día, pero los apoyamos con esto”. Han sido gestos de resistencia y de lucha».
Finalmente la empresa de baños portátiles Servimovil accedió a prestar el servicio.
A través de un megáfono se llama a las personas para que se acerquen a la mesa de la comida. Hay una olla con fideos y salsa que será la cena de quienes permanecen bajo los tres toldos repartidos en la avenida frente al MP. Los vasos usados para beber café fueron reutilizados para repartir Incaparina y complementar el último tiempo de comida.
Luego de la cena varias personas repartieron pan dulce, atol o café a todas las personas que estaban cerca. Conforme avanza la noche van quedando solamente autoridades de alcaldías indígenas y las personas voluntarias que se encargan en conjunto de gestionar las donaciones, averiguar qué se necesita y repartir la comida.
Miércoles 4 de octubre: un momento tenso
Esta no se parece en nada a las dos noches anteriores.
A eso de las 6:30 p.m. un grupo de personas que afirmaban venir del mercado «La Terminal» llegaron a la manifestación pacífica. Lo hicieron acompañados de piedras y palos. Algunos tenían la cara tapada con mascarillas o pasamontañas, exigían que se levantaran las movilizaciones para poder continuar trabajando.
Fueron momentos tensos.
No había ocurrido algo similar, hasta ese momento lo más cercano a un encuentro fue la queja de algunas personas por bloquear la puerta de entrada al MP. Ha estado cerrada y los empleados de la institución tienen que hacer guardia para dejar entrar o salir a las personas que van por algún trámite.
Los elementos de la PNC intervinieron y el grupo de la Terminal se retiró.
Tres horas después, una caravana de al menos 50 carros llegó al barrio Gerona. Llevaban sus radios a todo volumen con canciones de lucha, banderas y sonando bocinas y vuvuzelas para unirse a la resistencia de las alcaldías indígenas.
Luego de acomodar todos los vehículos, comenzaron a caminar un pequeño tramo en conjunto. Encabezando la caminata se podían ver dos mantas «FUERA Consuelo Porras, Rafael Curruchiche y Fredy Orellana» se podía leer en una. En otra «Los bloqueos terminarán cuando los corruptos renuncien».
Fueron recibidos con aplausos y con los líderes ancestrales esperándolos. La palabra la tomó Luis Pacheco, presidente de los 48 Cantones de Totonicapán. «¡Bienvenidos jóvenes! tienen que ser parte del cambio de esta historia. Gracias por haber venido esta noche porque a veces ya nos debilitamos. Pero ustedes nos traen energías nuevas y renovadas. Y que no sea solo hoy, que nos acompañen por el tiempo indefinido que pensamos». El resto de autoridades levantaron sus bastones en señal de respeto y bienvenida.
La atmósfera se transformó luego del momento tenso. Ahora había alegría, festejo. Incluso las autoridades pidieron que se grabara un video para que las personas en los otros puntos de movilización recibieran este gesto de acompañamiento.
«Para nosotros es una gran honor acompañarlos, acuerparlos en la lucha donde ustedes han sido protagonistas y han dado ejemplo a los estudiantes. Gracias a los pueblos originarios por acompañarnos en la lucha, por darnos el ejemplo de lo que es representar el deseo de lucha», expresó una de las estudiantes de psicología. El sonido salía del mismo carro que el día anterior había dado la música para bailar.
Viendo desde lejos está Manuel Castillo, el dueño de la Buggylina. Nació en Quiché hace 74 años y se unió a las protestas porque cree que el pueblo merece una «democracia limpia».
«En un principio me dio pena poner música, la gente se va a enojar, pensé. Y no, la gente se emocionó. La música es porque estamos contentos y felices porque Guatemala va a florecer. Antes de que yo llegue todo estába silencio, pero cuando yo llego yo pongo la alegría», se jacta.
Ha dormido con el plantón porque lleva la música hasta las 2 de la mañana todos los días. Piensa que los 48 Cantones de Totonicapán son un ejemplo para toda la población.
Está dispuesto a permanecer junto a quienes estén manifestando frente al MP por el tiempo necesario. «Esto es indefinido. Los 48 Cantones y todas las poblaciones se han comunicado con nosotros que no se van a retirar hasta que Consuelo Porras, Curruchiche y Freddy Orellana renuncien. Entonces están decididos a seguir la lucha».
Madrugada del 4 al 5 de octubre: Los relevos
Hay asignados turnos para que la manifestación siempre esté acompañada entre autoridades y habitantes de los distintos territorios. A González, el alcalde de Rabinal, de nuevo le toca el turno de la noche que termina más o menos a las 00:00.
Para él hay una enorme diferencia entre el movimiento de una noche anterior y esta.
«Los estudiantes aceptaron el llamado. Hubo bastante movilización, gracias a esa lucha y la diferencia también fue el grupo de choque. Estuvieron queriendo reprimir a quiénes estamos acá. No nos preocupa eso, nos preocupa la forma en la que ven las cosas. Ellos dependen de nosotros los productores, en lugar de venir a atacarnos, deberían de sumarse a nosotros».
González está cansado, se nota cada vez que parpadea, aprovecha el momento por pequeño que sea para mantener un poco más cerrados los ojos.
«Hoy es la tercera noche que estamos acá. Descansamos un poquito, pero la noche es larga. Por eso hago el llamado y la invitación al pueblo de Guatemala para que nos acompañe y nos traiga nuevas energías porque sí las necesitamos», explica.
Respecto a la caravana de estudiantes que se unió dice que están muy agradecidos y no lo dice solo con palabras. Lo describe como un momento de emoción, sus ojos se tornan vidriosos. Durante los siguientes días se sumaron bloques de alumnos y egresados de las universidades Rafael Landívar, Del Valle y San Carlos de Guatemala.
«Nos llega al corazón. Los pueblos originarios necesitamos más de todos. Esta lucha no depende de nosotros, depende del pueblo de Guatemala. Nos motiva a seguir adelante porque eso quiere decir que hay jóvenes conscientes. Nos vinieron a traer esa energía de juventud».
Luego recalca que el agotamiento es real. «Estamos cansados, pero no vamos a dejar de exigir la renuncia de estos corruptos. Es más, el enojo, el sentimiento de lucha. El cansancio es vencido por la fuerza de lucha» dice.
Para González es importante aclarar que las demandas no terminarán solo con la renuncia de los funcionarios, sino que desean llevar un acompañamiento.
«Esto va a seguir, hasta que renuncien vamos a dejar de manifestar. Incluso vamos llevando un acompañamiento para que se elija una persona idónea que ocupe estos puestos en el Ministerio Público».
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Jueves 5 de octubre: Un salón de belleza y un antiguo consultorio abren las puertas
El salón de belleza «Mary», propiedad de doña Olga Reyes, se unió a las manifestaciones. Una hoja que dice «Se presta baño en salón» anuncia su gesto de solidaridad.
El salón se encuentra casi al final de un callejón frente al MP. Al entrar hay una repisa con más de veinte colores de pintauñas, un muestrario de tintes para el cabello y más implementos de belleza. También hay una televisión encendida con una manta tejida encima.
Olga no solo está acompañando desde un servicio, sino que lo considera un apoyo a la causa en la que ella también cree. «Apoyo porque nadie tiene que interferir en lo que el pueblo decidió; entonces nadie tiene que estar interfiriendo en eso. Me nace apoyarlos porque están haciendo un gran esfuerzo por nuestro país porque no es solo por ellos».
Ha observado de lejos porque debe seguir trabajando, pero cree que la lucha es para todos. Habla con cierta frustración cuando se refiere al poco apoyo en presencia de los capitalinos. «Nosotros como ciudadanos de la capital tendríamos que estar allí también, no ellos que vienen de tan lejos. Los tenemos que apoyar. Imagínese qué sufrimiento estar aguantando agua, frío. Hambre no porque gracias a Dios los han apoyado bastante».
También comparte que vecinos le han reprochado por abrir las puertas de su casa y lo han hecho a través de prejuicios. «Me han criticado diciéndome “¿Por qué dio permiso?, mire toda esa gente ¿Usted no sabe qué enfermedades hay?” ¡No me importa! La idea es ayudar. Esa fue mi intención que no pasen penas».
Orgullosa dice que además de abrir su baño y ofrecer la ducha, también ha alojado a algunas personas. «Mientras ellos estén aquí yo voy a estar con ellos. No importa, aunque hayan puesto baños, aquí está la casa para servirles. Yo quisiera tener una casota grande para ofrecerles a todos, pero lamentablemente no se puede».
También cerca del MP, enfrente para ser precisos, hay una casa amarilla con una tienda y una puerta que no cierra. Afuera hay una placa que dice: «Dr. Óscar R. López de la Rosa, médico y cirujano».
El doctor ya no atiende desde hace años porque padece Alzheimer. En los últimos días el antiguo consultorio se convirtió en un refugio para las protestas. Doña Victoria Sosa decidió abrir las puertas de su casa para que las personas entren y salgan cuando lo necesiten. Allí pueden entrar al baño, descansar en la sala y cargar sus celulares.
«Cuando empezaron a venir yo les hablé. Les dije: “Aquí está mi casa, está el baño. Si quieren venir a descansar, no hay problema. Yo estoy para colaborar con ustedes”», explica.
En su sala pintada de verde menta hay varios sillones con fundas del mismo color, pero en un tono más oscuro. Algunas personas entran solo a sentarse y platicar allí es mucho más cómodo que las banquetas, sillas o bancos de plástico. Doña Victoria también acomodó algunos bancos de madera al lado de una conexión para que tengan cerca sus teléfonos y así continúen comunicándose a sus territorios. «Es un gusto ayudarlos, yo sé que necesitan tener sus teléfonos cargados para estar al día. Lo del baño es lo de menos. A mí me da gusto, no le tengo desconfianza a nadie. Todos somos iguales».
Expresa su admiración por los pueblos originarios y el movimiento que han convocado en estos días. «Hicieron muy bien, los felicito por lo que han hecho. Si no fuera por ellos no se levanta Guatemala. Por el pueblo indígena es que vivimos, por ellos comemos. Por los corruptos está pobre».
También comenta que está decidida a mantener el apoyo. «Si se tardan el año allí que pasen, aquí está dispuesta mi casa».
«No estamos acá para representar a ningún partido político»
«Hay ganas y hay energías. Estamos al 100, estamos más motivados que nunca», dice González contento, no parece que tiene cuatro días durmiendo lejos de su casa, se ve más animado.
Luego de que la Corte de Constitucionalidad otorgara un amparo provisional a favor del CACIF, se abría la posibilidad a que los puntos de protesta en el país puedan ser desalojados para garantizar la libre locomoción de la población. La resolución hacía énfasis en que debía hacerse solo si estas se tornaban violentas. Al cierre de esta edición no hubo desalojos y el gobierno emitió un comunicado para desmentir que tenían planificado instalar un estado de sitio.
González dice que no les sorprende la acción, pero que da más fuerza a las protestas porque hay más apoyo. «Los pueblos originarios se han volcado a apoyar más. Esto se ha vuelto una lucha más fuerte. Llena de energías, renovadas las energías cada día. Es sorprendente porque ya no es una lucha solamente de los pueblos originarios. Se han levantado los universitarios y algunos sindicatos».
Al comenzar las protestas veían todo un poco más difícil. Todo eran posibilidades, el apoyo de otros sectores, de más personas de los territorios. Pero poco a poco se fueron haciendo realidad, sumando a más y más ciudadanos.
«Veníamos viendo esto muy difícil. Ahora lo vemos un poco más fuerte, incluso con todo lo de la resolución de la Corte de Constitucionalidad. El llamado fue claro y directo al pueblo de Guatemala para que se sumara a la lucha. La invitación la recibimos de nuestro hermano de 48 Cantones de Totonicapán. Como pueblos originarios no vamos a dejar vendidos a nuestros hermanos».
Hay tres cosas que quedaron muy claras desde el principio de estas movilizaciones:
● El objetivo es exigir la renuncia de Consuelo Porras, Fredy Orellana y Rafael Curruchiche.
● Es una manifestación pacífica, en todos los puntos del país.
● La resistencia no está en apoyo a ningún partido político o persona en específico.
Gonzales agrega un punto: «No estamos acá para representar a ningún partido político. Esto es exigencia del respeto de la voz popular del pueblo de Guatemala. Es por la violación a la institucionalidad. Es por el respeto al estado de derecho y la separación de los poderes del estado. Es por eso que nosotros representamos aquí la voz popular del pueblo».
También comparte que las protestas son un inicio de algo más grande, de otras exigencias que hay en la población como la representatividad al Congreso de la República. «Esto apenas empieza. Yo platicaba con los jóvenes que esto es el inicio de un cambio, esto no termina».
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