Los gremios, cámaras empresariales, colegios profesionales, sindicatos (los pocos que hay), líderes campesinos, políticos, financistas de campañas, empresarios, los mareros y muchos ciudadanos, parece que cada vez que podemos salimos corriendo y tocamos rápido el pelo o la base y gritamos “¡1, 2, 3, chiviricuarta por mí!”
A veces pedimos por alguien cercano. Por un familiar, un amigo, un socio o un gremio o cámara, sindicato u organización social que tiene un interés similar al mío; o que si él resuelve su problema igual resolverán el mío. ¡1, 2, 3, chiviricuarta por Juan y por mí!
Vemos empresarios pidiendo beneficios para su gremio o cámara (se ve feo pedirlo para uno directamente), aunque ese beneficio pueda ser dañino para el país. Piden exenciones o subsidios. Para algunas cámaras dentro de CACIF, los bonos para pagar la deuda flotante son buen negocio. ¡1, 2, 3, chiviricuarta por la Cámara de Construcción y la de Finanzas!
Si yo sé lo que dice en los estatutos del CACIF, se los copio: “EL INTERÉS GENERAL PREVALECE SOBRE EL PARTICULAR. Este principio se reafirma con la convicción de que solo aquello que pueda ser útil a la sociedad en su conjunto puede repercutir positivamente en la actividad productiva que el empresario realiza.” Sí, suena bonito, pero los mismos empresarios aceptan que el sistema de cámaras y gremiales está para proteger los intereses de cada gremio y cada sector económico. Por eso se separó la Cámara de Comercio del CACIF, y por eso crearon FUNDESA.
Lo mismo sucede con la ANM (magisterio) o cualquier sindicato en empresa pública o privada. Están allí para velar por el empleado sindicalizado (aunque muchas veces velan más por los mismos dirigentes) y no por el ministerio donde trabajen, o la empresa para la que trabajan. ¡1, 2, 3, chiviricuarta por magisterio!
Algunos líderes estudiantiles de cuarto a sexto magisterio, y la cámara de empresarios de educación, se oponen a las reformas de la Formación Inicial del Docente; no por el bien del país, sino porque se sienten afectados directamente. ¡1, 2, 3, chiviricuarta por los colegios privados!
Muchos en el área metropolitana les sale humo por las orejas cuando hay bloqueos en las calles o avenidas de la ciudad o en las carreteras (bueno, salvo que sea el desfile navideño, las luces Campero o porque juega la sele o hay alguna actividad religiosa). No importa qué están pidiendo, exigiendo o reclamando los demás. ¡1, 2, 3, chiviricuarta por los capitalinos!
Quienes bloquean carreteras (con justificación o sin ella) les importa poco la mentada “libre locomoción”. Que sean escuchadas (aunque casi nunca atendidas) sus demandas es lo más importante. Sino, por lo menos que los saquen en la tele, radio, prensa o redes sociales. ¡1, 2, 3, chiviricuarta por los líderes sociales!
Desde ciudadanos comunes y corrientes, pasando por líderes sindicales, campesinos, empresariales, religiosos y políticos, cada uno va corriendo a cuidar su propio rancho. Cada uno busca el beneficio personal, gremial o sectorial. Cada uno sale a gritar rapidito… ¡¡ 1, 2, 3, chiviricuarta por mí!!
¿Podremos ponernos de acuerdo en buscar ese bien común que dicen los objetivos del CACIF en sus estatutos y que están en la Constitución? ¿Podremos dejar un poco a un lado nuestro egoísmo y cortoplacismo por un tiempo, y ocuparnos de la nación? ¿Lograremos encontrar una generación de sacrificio que esté dispuesta más a dar que a recibir?
Ya hasta en este cierre se pasearon, porque los partidos políticos ya no dejaron color o frase para utilizar por el bien común. ¡Ya los líderes tienen color, los patriotas partido, y resulta que ahora todos tampoco se puede usar! Igual, ojalá pudiéramos mejor decir: ¡1, 2, 3, chiviricuarta por TODOS!
Dios los bendiga y les recuerdo que toda la gloria, la honra y el honor son siempre para Jesús.
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