Además, debemos generar la conectividad entre esas áreas urbanas y entre estos centros de producción y los puertos, los aeropuertos y las fronteras para acceder a los mercados alrededor del mundo. Estas ciudades deben ser sostenibles (ODS 11) y convertirse en medios de generación de innovación, economías de escala y bases para el desarrollo económico de los guatemaltecos.
Un reto adicional será vincular a estos 15 millones de habitantes urbanos con los 7 millones de habitantes rurales y su producción agrícola, tanto para consumo interno como para comercializar y transformar parte de esa producción para la exportación con valor agregado.
Dentro de la agenda de desarrollo sostenible aprobada en la Cumbre de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible 2015, el ODS 8 y el ODS 9 se enfocan en la economía, la empresarialidad y la infraestructura para la producción. Específicamente, el ODS 9 plantea la necesidad de construir insfraestructuras resilientes, promover la industrialización inclusiva y sostenible y fomentar la innovación.
Generar empleo y atraer inversión es mucho más que salarios bajos o incentivos fiscales. De hecho, en la mayoría de entrevistas y encuestas con inversionistas, estos plantean logística, infraestructura, tecnología, telecomunicaciones y calidad de vida como los puntos que más los atraen a una ciudad. En segunda instancia, el tamaño del mercado o el acceso a mercados de escala importante y su posición estratégica global.
En el caso de Guatemala, el proceso de urbanización de la población pone especial presión sobre la infraestructura necesaria en las ciudades pequeñas, en las medianas y en las regiones metropolitanas intermedias para mejorar la capacidad de absorber a la población que está migrando del área rural hacia estas, además de la capacidad de recibir inversión productiva en esos territorios. La sostenibilidad de estas comunidades y ciudades es desarrollada en el ODS 11.
Lo segundo que se plantea en esta primera parte del ODS 9 es la infraestructura necesaria para interconectar estas ciudades y comunidades entre sí y estas con los puertos, los aeropuertos y las zonas fronterizas para mejorar el acceso a los mercados y desde los mercados. Estas metas dentro del ODS 9 son indispensables para incorporar distintos territorios y sus habitantes al sistema económico. La inclusión se convierte en prioridad cuando la inversión incorpora estos territorios a los sistemas de cadena de valor y producción del sistema económico.
Una característica adicional que tiene el proceso de urbanización de la población es el acceso a tecnología e innovación. El futuro del país estará en desarrollar las capacidades para conectar la extraordinaria biodiversidad que tenemos con la innovación y la tecnología para desarrollar plataformas basadas en esa mezcla de lo natural y la ciencia. Muchos medicamentos y productos de salud aún no descubiertos saldrán de esa mezcla perfecta si tomamos las decisiones correctas desde ahora.
Hay un tema de política industrial que es aún tarea pendiente para Guatemala. Mucho hablan los empresarios acerca de la competitividad (tema importante), pero poco se habla acerca de la libre competencia. El artículo 130 de la Constitución plantea la prohibición de los monopolios y la necesidad de desarrollar legislación que regule estos, así como las acciones monopólicas en los distintos sectores de la economía. Desarrollar esta normativa y facilitar el acceso a competir en los mercados tendrá un impacto no solo de inclusión para la pequeña y mediana empresa, sino que además mejorará las condiciones del mercado para los consumidores locales.
Desarrollar las acciones que permitan la construcción de estas condiciones es imprescindible no solo para cumplir el ODS 9, sino que además permite seguir la ruta que marca el K'atun 2032 como estrategia de desarrollo nacional. Construir una Guatemala con más y mejores oportunidades para todos es también tarea de todos.
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