15 productores de Tejutla incursionan en la venta en línea a causa del COVID-19
15 productores de Tejutla incursionan en la venta en línea a causa del COVID-19
Tenían un contrato para surtir frutas y verduras a 37 escuelas de Tejutla, San Marcos, pero cuando llegó el coronavirus, no pudieron distribuir los productos empaquetados. La crisis los obligó a experimentar con las ventas por redes sociales, algo impensado para personas con pocos conocimientos en tecnología. Ahora entregan a domicilio a nuevos clientes.
El sábado 14 de marzo, cuando el gobierno suspendió las clases a nivel nacional por el COVID-19, 15 hombres y mujeres productores de frutas y verduras de Tejutla, San Marcos, recibían también otra noticia: quedaba cancelada la entrega de productos que habían pactado con varias escuelas del municipio.
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Las sandías, las zanahorias, los elotes, los tomates, las papayas, y otra lista de productos quedaron empaquetados y, sin niños en las escuelas, el negocio de surtir la refacción escolar a 37 establecimientos públicos quedó suspendido por tiempo indefinido.
La inesperada crisis los llevó a pensar que el esfuerzo de 18 meses, desde que dejaron la individualidad para armar la Red de Productores Tejutlecos, quedaría frustrado. Como una medida desesperada aceptaron la idea de ofrecer sus productos en redes sociales y realizar entregas a domicilio.
«La idea surgió al ver las pérdidas, porque nos interesaba reintegrar tan siquiera nuestro capital. Nosotros no pensábamos llegar a las entregas así, a domicilio, pero luego de la primera semana vimos que funcionó y decidimos continuar», relata Meylin Chun, de 24 años, que preside la Red.
No fue una decisión fácil, pero cuando comprobaron que perdían más si no lo intentaban, dedicieron tirarse al agua. Entonces todo fluyó. Una persona les ayudó a elaborar el listado de productos y precios. Lo publicaron en sus propios perfiles de Facebook y pidieron a personas con más seguidores en esa red social que compartieran la publicación y etiquetaran a otros para ampliar la difusión. Los pedidos no tardaron en llegar por llamadas telefónicas y Whatsapp.
Aunque el comercio electrónico es una herramienta de negocios mundialmente conocida, para productores de verduras y frutas en el área rural del occidente del país, con pocos conocimientos del manejo de tecnología y con acceso irregular a internet, no era una primera opción.
Intentaron vender la producción en sus propias comunidades, pero ninguno de sus vecinos estaba dispuesto a pagar el precio justo, refiere Chun. «Una sandía grande, roja, de primera calidad, se vende en quince quetzales, pero en nuestros pueblos no pagan más de cinco o hasta ocho quetzales», añade.
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Una nueva forma de vender
Desde inicios de abril organizaron una nueva dinámica. Hacen entregas en el área urbana los miércoles y domingos, el resto de días en las comunidades rurales. Entre sus nuevos clientes están dos clínicas privadas en Tejutla, que ahora son compradores importantes.
El trabajo de la Red es intenso. Son apenas 15 productores, siete de los cuales ocupan la Junta Directiva. Cada uno realiza la cosecha un día antes de las entregas en sus pequeñas parcelas. Un equipo de seis personas, con vehículo, está encargado de recolectar todo en la madrugada del día en que hacen las entregas. Son productores de hortalizas e intermediarios para la fruta en la costa marquense. El día de entrega hacen un inventario, arman los paquetes de acuerdo a los pedidos, entregan y, al concluir la jornada, hacen cuentas para pagar a cada agricultor lo vendido.
No les ha quedado tiempo para pensar en armar su propia página de Facebook. Trabajan desde la madrugada hasta el anochecer.
«El lema de la red es entregar nuestros productos lo más fresco que se pueda, así que las hierbas, que son las más delicadas, las tenemos que cortar por la tarde para entregar temprano en la mañana», explica Meylin Chun.
Para lograrlo, la Red tuvo que pedir autorización a la municipalidad de Tejutla y al liderazgo comunitario para que les permitiera vender en el área urbana y transitar fuera de la localidad, incluso durante el Toque de Queda.
Aunque el gobierno central solo ha prohibido el tránsito interdepartamental, son los líderes locales en diferentes partes del país quienes imponen sus propias restricciones.
La crisis no ha pasado, no saben cuándo volverán los niños a clases y de eso depende reactivar el contrato de venta con las escuelas. Lo único seguro es que ahora están abiertos a un nuevo mercado, y que no pierdan toda la cosecha.
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La tecnología y los emprendimientos en el área rural
Desde que empezó la crisis, 250 agricultores de San Marcos enfrentan la pérdida de sus productos porque su principal mercado eran las escuelas. Estos grupos fueron establecidos en cuatro redes desde 2017 a 2019, y ese último año vendieron en conjunto 7.9 millones de quetzales en frutas y verduras a 171 establecimientos.
Ese logro fue parte del proceso de vinculación de la agricultura familiar al Programa de Alimentación Escolar en Concepción Tutuapa, San Miguel Ixtahuacán, Sipacapa, Comitancillo y Tejutla, que forman parte de la cuenca alta del río Cuilco, en San Marcos.
Los agricultores recibieron apoyo de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO por sus siglas en inglés), y el Ministerio de Agricultura. Meylin Chun recuerda que la red que preside recibió capacitación y fue certificada.
Obtuvieron los registros sanitarios y el Ministerio de Economía los apoyó para que tuvieran personería jurídica. Chun recibió ayuda para estar registrada ante la Superintendencia de Administración Tributaria, hacer las facturas, llevar los libros y declarar impuestos.
Eran 37 productores, pero solo 15 aceptaron hacer todos esos trámites. Ella es la más joven del grupo, pero heredó de sus padres el negocio de la producción agrícola.
Milton Orozco, técnico territorial de FAO en San Marcos, refiere que la crisis los obligó a sugerir otras estrategias de venta. Iniciaron con los «circuitos cortos de comercialización», que consisten en vender los productos a los mercados locales y municipales. Siguieron con la promoción por redes sociales y la entrega directa a los hogares.
Iván Diéguez, director de proyectos de emprendimiento de la Red Nacional de Grupos Gestores, señala que la crisis aceleró la incursión de los pequeños empresarios a las ventas por internet.
Esta organización evalúo a inicios de año la conectividad en áreas rurales de cinco departamentos del occidente del país. Querían medir cuán viable era capacitar en línea a los y los emprendedores. De una encuesta a 900 jóvenes de 15 a 24 años, descubriron que todavía hay falta de acceso a teléfonos inteligentes y, especialmente, a conectividad.
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Aunque no han presentado el diagnóstico, comenta algunos datos relevantes:
- La mayoría de jóvenes no tienen un teléfono inteligente propio, el que usan es familiar, del papá o la mamá.
- Las redes sociales que más usan son Whatsapp y Facebook, pero no saben cómo usarlas para promover sus productos.
- Tienen problemas de conectividad. Algunos usan sistemas de prepago, y por eso solo tienen acceso a redes sociales una o dos veces por semana.
- Hay municipios de Huehuetenango en donde la red es inestable y solo mejora después de las 14:00 horas.
- En San Marcos, los jóvenes emprendedores reciben formación a partir de las 18:00horas, cuando sus padres les prestan los teléfonos.
Meylin Chun usa una red prepago y, al ser la más joven del grupo que lidera, tiene más comprensión de las redes sociales. Sus anuncios también son compartidos en los perfiles de Facebook del Grupo Gestores en San Marcos.
Diéguez resalta que todavía es temprano para medir el impacto de las ventas por internet en el área rural, pero sin dudar, afirma que ha incrementado. Muchos de los jóvenes que estaban en capacitación con alguna de las iniciativas del Grupo Gestores este año, irrumpieron en las ventas por internet más rápido de lo esperado debido a la emergencia por el coronavirus.
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«La crisis aceleró la tendencia de ventas en línea en Guatemala, porque en otros países es normal. Acá no era tan fuerte y, en el área rural, menos», apunta Diéguez. Sin embargo, más allá de las dificultades tecnológicas, a los emprendedores les corresponde luchar contra otra dificultad, una de índole social e histórica: el consumo local es culturalmente comunitario. Una nueva generación y una crisis apuestan por actualizar el sistema de compra venta.
Si desea apoyar a la Red de Productores Tejutlecos, comuníquese a los teléfonos 49542324, 51731256 y 31646869.
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