El 2 de octubre de 2016, los colombianos votaron el plebiscito de aprobación o rechazo del primer acuerdo real entre el Gobierno y las FARC para firmar la paz. Para esa fecha, Colombia llevaba 56 años de guerra interna. La papeleta tenía dos opciones: sí o no.
Nunca se puede llegar a acuerdos que dejen a toda la población contenta, sobre todo cuando una guerra ha durado tanto tiempo y ha dejado demasiadas víctimas.
El senador y expresidente Álvaro Uribe se declaró en contra e in...
El 2 de octubre de 2016, los colombianos votaron el plebiscito de aprobación o rechazo del primer acuerdo real entre el Gobierno y las FARC para firmar la paz. Para esa fecha, Colombia llevaba 56 años de guerra interna. La papeleta tenía dos opciones: sí o no.
Nunca se puede llegar a acuerdos que dejen a toda la población contenta, sobre todo cuando una guerra ha durado tanto tiempo y ha dejado demasiadas víctimas.
El senador y expresidente Álvaro Uribe se declaró en contra e inició una fuerte campaña por el no. Otro día platicamos de cuáles fueron sus razones.
La posibilidad de un cese el fuego definitivo era una esperanza que muchos colombianos pensaron que no iban a ver nunca.
Mi padre evaluó los pros y contras. Y a pesar de ser un acuerdo imperfecto, que no lo hacía completamente feliz, ofrecía la posibilidad de que la paz regresara a Colombia. Eso era suficiente para salir a votar por el sí. Llegamos temprano a la embajada de Colombia en Guatemala para que votara. Votó feliz.
Contra todas las apuestas, ganó el no. Nadie salía del asombro.
Unos días después del plebiscito, el periódico colombiano La República entrevistó a Juan Carlos Vélez, una de las personas más allegadas (en ese momento) a Álvaro Uribe. Vélez había sido el estratega de la campaña del no. En un arranque de orgullo y satisfacción, Vélez se sinceró con el entrevistador y le compartió su estrategia ganadora:
- «El no ha sido la campaña más barata y efectiva de la historia».
- «Estábamos buscando que la gente saliera a votar verraca» (en Colombia, verraco se refiere a alguien bravo, enojado e incluso valiente. Según la RAE, «persona tonta que puede ser engañada con facilidad»).
- «Descubrimos el poder viral de las redes sociales. Por ejemplo, un concejal me pasó una imagen de Santos (presidente de Colombia) y Timochenko (líder de las FARC) con un mensaje de por qué se les iba a dar dinero a los guerrilleros si el país estaba en la olla. Yo la publiqué en mi Facebook y al sábado pasado tenía 130 000 compartidos, con un alcance de seis millones de personas». (Pero el acuerdo no establecía dar dinero a los guerrilleros. Lo que sí incluía, tal como ocurrió en Guatemala, es que los exguerrilleros podrían organizarse políticamente y participar de manera legal en elecciones. Todos sabemos cómo le va a la exguerrilla en las urnas en países conservadores. Guatemala es el mejor ejemplo).
- «Unos estrategas de Panamá y Brasil nos dijeron que la estrategia era dejar de explicar los acuerdos para centrar el mensaje en la indignación».
- «En emisoras de estratos medios y altos nos basamos en mensajes de la no impunidad, la elegibilidad y la reforma tributaria, mientras en las de estratos bajos nos enfocamos en subsidios. En la costa individualizamos el mensaje de que nos íbamos a convertir en Venezuela».
Según Vélez, solo tomaron frases clave que, sin necesidad de estar incluidas en los acuerdos, podían generar terror en la gente:
- Impunidad para las FARC. El acuerdo no incluía impunidad, pero los mensajes para promover el no aseguraban que ningún exguerrillero podría ser juzgado nunca.
- Elegibilidad. Si ganaba el sí, la guerrilla participaría en las elecciones y sin duda tomaría de golpe al Gobierno y a toda Colombia.
- Reforma tributaria. Aseguraban que los impuestos se dispararían y se los darían a los guerrilleros al votar por el sí. Todo terminaría en una crisis económica. El acuerdo tampoco incluía ese punto.
- Eliminación de subsidios. No se mencionaba ninguna eliminación de subsidios en los acuerdos, pero la campaña del no aseguraba que todos los subsidios para las personas de escasos recursos desaparecerían.
- Venezuela. Convertirse en Venezuela ha sido un mensaje bien útil para asustar a tontos en toda América Latina. Colombia es un país extremamente conservador y de derecha.
La sinceridad de Vélez no incluyó la guinda que otros miembros del equipo de Uribe agregaron a la campaña:
- Enfoque de género. A pesar de que el acuerdo hablaba de la no exclusión de ningún colombiano por ninguna razón, los promotores del no lanzaron la campaña (a la cual incluso se sumaron algunas Iglesias) de que votar por el sí vulneraría los derechos de la familia y convertiría a Colombia en una sociedad homosexual.
Después de estas declaraciones, Vélez cayó de la gracia de Álvaro Uribe. Sus aliados salieron a decir que seguramente estaba borracho cuando dio la entrevista. Fue expulsado del exclusivo club de Uribe.
El Consejo de Estado colombiano señaló que hubo violencia psicológica, la cual provocó un engaño generalizado en la población, y se empezó a buscar la forma de anular el plebiscito.
Vea usted algunas de las palabras y frases clave en la historia que le acabo de compartir:
- Arrebato del Gobierno por parte de la izquierda
- Venezuela
- Homosexualidad
- Crisis económica
- Golpe
¿Ya se dio cuenta de quién o quiénes utilizan esas mismas palabras en Guatemala para aterrar a la gente verraca?
Más de este autor