Algunos argumentarán que hubo avances ya que se instruyó, por parte de los presidentes de América Latina, a la Organización de Estados Americanos a que establezca un mecanismo para evaluar alternativas en el combate al crimen organizado.
Digo que estamos prácticamente donde iniciamos porque no hay una propuesta concreta acerca de despenalización, regulación o legalización de drogas, en cantidades, a personas o en lugares específicos. Es más, de la propuesta original de despenalización o legalización (que son dos cosas diferentes pero muchas personas las usan indistintamente) pasamos ahora a una propuesta de regulación de las drogas.
Si hay avances en plantear que para evaluar y debatir las diferentes propuestas concretas que en su momento puedan surgir, lo debemos hacer con información científica y comprobable y no basado simplemente en discusiones ideológicas o dogmáticas. Eso sé es un avance importante aunque no se qué tanto se cumplirá.
Fernando Henrique Cardoso, César Gaviria y Ernesto Zedillo, expresidentes de Brasil, Colombia y México, han planteado una propuesta ya en esa dirección. Su propuesta va enfocada a despenalizar el consumo de algunas drogas específicas (principalmente mencionan la marihuana) ya que no tiene sentido encarcelar a personas (y ocupar espacios en las ya saturadas cárceles) que “no están haciendo daño a terceros”. Lo digo entre comillas ya que hay efectos psicosociales a las familias y personas en el entorno que son afectadas pero no se registran como víctimas del consumo de drogas. Plantean que en vez de penalizar esos hechos estas personas necesitan atención para su tratamiento y rehabilitación. O sea que están de acuerdo en que causa daño a las personas (aunque niegan que lo haga a su entorno inmediato y mediato).
La segunda parte de su propuesta va enfocada a la regulación de algunas drogas, otra vez solo mencionan específicamente la marihuana, y recomiendan hacerlo de la misma manera en que se hace con el alcohol y el tabaco. En este tema lo que plantean es imponer límites y crear condiciones para la comercialización, publicidad y consumo, especialmente protegiendo a los menores de edad del contacto o posibilidad de consumo de las drogas reguladas.
Ambas partes de la propuesta están basadas en estudios que demuestran que el consumo de tabaco se ha reducido espectacularmente (no así el del alcohol) derivado de estas acciones de prevención y regulación que promueven un cambio de hábitos y patrones de comportamiento de los potenciales o actuales consumidores. También argumentan que estas dos partes de la propuesta generan la posibilidad de romper el vínculo directo entre consumidores y traficantes.
El problema que tienen estas propuestas es que no toman en cuenta el caso del alcohol (que a diferencia del tabaco, su uso en adolescentes y en general se ha incrementado a pesar de la despenalización y su regulación) y que el impacto que tienen ambas drogas (alcohol y tabaco) en el sistema de salud pública y en las relaciones sociales a nivel familias, violencia doméstica, accidentes bajo efectos de alcohol, etc. tienen un costo social muy alto que no se toma en cuenta en estos análisis. En términos económicos, no hay una internalización de esas externalidades generadas por esas “drogas reguladas”.
Para poder evaluar la propuesta reformulada de la regulación de las drogas debemos conocer más. ¿Qué drogas se despenalizaría su consumo o se regularía su comercialización? ¿Qué sucedería con las que no se despenalicen ni regularicen? ¿No implica eso que aún seguirá habiendo un mercado de drogas penalizadas y no regularizadas y además ilegales? ¿No significa eso que la cocaína, crack, drogas químicas (que ni conocemos cuáles nuevas hay en proceso de producción o diseño) seguirán pululando en la parte ilegal, no regulada y no despenalizada?
No vamos a reducir la violencia simplemente porque despenalicemos algunas drogas o regulemos otras. El crimen organizado opera en otros campos y en otras drogas y por eso su negocio no está en riesgo con estas propuestas.
Dios los bendiga y les recuerdo que toda la gloria, la honra y el honor son siempre para Jesús.
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