Este estudio, luego de tomar muestras de agua en varias zonas de la Ciudad de Guatemala, concluyó que en la misma se encontraban rastros de aluminio, plomo o arsénico, este último de preocupación en virtud de ser un metal tóxico asociado con cáncer y otras enfermedades de piel según la Organización Mundial de la Salud (OMS)[2]. Si bien no son muestras absolutas, lo escrito refleja la necesidad de tomar con seriedad el tema del agua en la Ciudad de Guatemala y otros lugares. El agua como líquido vital no es un recurso infinito, sino que el mismo conlleva un proceso de tratamiento hasta llevarlo a los hogares. De nada sirve tener un país con varias fuentes de agua, si la misma se encuentra contaminada desde su origen o en el proceso de tratamiento o traslado a los hogares no se guarda la debida diligencia para que llegue en óptimas condiciones para consumo humano.
El tema del agua en Guatemala está a cargo de varias instituciones. A nivel de Gobierno Central, mediante el Acuerdo Ministerial 78-2018, el Ministerio de Salud Pública creó la Unidad Especial de Ejecución Administrativa para la Gestión de Agua Potable y Saneamiento, encargada de planificar, conducir y evaluar la implementación de la Política Nacional del Sector de Agua Potable y Saneamiento[3]. Esta política pública, aprobada por el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social, cuenta dentro de sus metas:
«Para el año 2017, cuatro millones de habitantes en el área urbana y tres millones en el área rural, cuentan con agua sanitariamente segura para consumo humano y servicios básicos de saneamiento. Para el año 2025, el 95% de los habitantes en el área urbana y 90% en el área, rural cuentan con agua sanitariamente segura para consumo humano y servicios básicos de saneamiento en óptimas condiciones».
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¿Usted conoce que existe una política de saneamiento del agua en Guatemala? ¿Existirá algún medidor o datos públicos sobre el cumplimiento de dicha meta a tres años de lo propuesto? Importante es el involucramiento de la ciudadanía en un tema que en unos años puede ser determinante en la calidad de vida, así como la comunicación que debe realizar el poder público para generar condiciones de participación pública. Según la misma, la responsable de darle seguimiento a la misma es el Ministerio de Salud en conjunto con las municipalidades y abastecedores de agua públicos y privados. En la Ciudad, el servicio de agua potable está a cargo de la Empresa Municipal del Agua (Empagua).
Cada uno de los pasos que se den para mejorar la calidad de agua en la Ciudad de Guatemala y área metropolitana dependen de instituciones públicas que el próximo año sus dirigentes serán elegidos mediante un proceso democrático. Si bien pueden existir creencias que participar en política no tiene ningún propósito ni beneficio, existen personas que si han participado y han tenido en sus manos decisiones y responsabilidades que le afectan hasta en el vaso de agua que bebe, en la ducha que toma por las mañanas o con la que se lavan los platos de comida. La participación política cobra más sentido cuando deja de ser vista como personas postulándose cada cuatro años y se comprende que a diario convivimos con las decisiones que tomamos en elecciones.
A un año de elecciones, importante es participar, informarse y organizarse, recordando como requisito para ejercer el voto el empadronamiento, el cual se puede realizar en distintos puntos habilitados por el Tribunal Supremo Electoral en centros comerciales y en delegaciones departamentales. Puede ser que en el próximo voto que emita usted para elegir autoridades de gobierno, diputados y Alcalde municipal, no este decidiendo por quien le simpatiza más, sino por quien le garantice su derecho humano al agua sin contaminación. Importante es que los políticos realicen propuestas a la altura de la crisis ambiental que estamos viviendo día a día.
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