El “teniente Jerez”: un testimonio revelador
Cinco días después de que lo capturaran el 16 de abril, Francisco Javier Ortiz Arriaga quedó libre junto a cinco miembros más de esa estructura criminal, tras pagar su fianza. Todos ellos obtuvieron medidas sustitutivas, según la acusación, después de haber sobornado a la jueza Marta Josefina Sierra González de Stalling, a cargo del caso.
Los acuerdos ilegales se alcanzaron, según la CICIG y el MP, gracias a que el comerciante Luis Mendizábal intermedió para contratar los servicios de lo que hoy se conoce como Bufete de Impunidad, a cargo del abogado José Arturo Morales Rodríguez.
Mendizábal no se estaba procesado pero se intuía su participación en La Línea debido a que fue en la boutique Emilio, de su propiedad, donde la CICIG y el MP identificaron grandes operativos de La Línea. Con el desmantelamiento del Bufete de Impunidad, se giró orden de captura contra Mendizábal y hoy se encuentra prófugo.
El 8 de mayo, el Teniente Jerez fue detenido y procesado de nuevo.
En 1996, cuando la Red Moreno quedó parcialmente desmantelada, Jerez fue una de las piezas clave no sólo en la identificación de los principales integrantes de esa estructura criminal, sino también en su forma de operar: cooperó con los investigadores y durante dos años ofreció mucha información.
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En sus testimonios, declaró que entre las personas pagadas por Alfredo Moreno (el líder visible de la red y de quien el teniente Jerez era un ayudante clave en el manejo de los pagos dentro de la red), había altos funcionarios policiales y militares, un viceministro y líderes políticos, entre otros. De hecho, detrás de la Red Moreno estaba su protector: el Grupo Salvavidas, integrado por altos mandos militares de la década de 1980 y parte de la década de 1990, cuando comenzaron a pasar a retiro.
En ese entonces, el teniente Jerez los identificó con nombre y apellido: los generales Manuel Antonio Callejas, Francisco Ortega Menaldo, Marco Antonio González Taracena, Edgar Augusto Godoy Gaitán, Carlos Enrique Pineda Carranza; los coroneles Jacobo Esdras Salán Sánchez, José Luis Fernández Ligorría, Roberto Letona Hora, Giovanni Valerio Cárdenas, Hugo Francisco Morán Carranza, Rolando Augusto Díaz Barrios, Mario Roberto García Catalán, Juan Guillermo Oliva Carrera, Héctor Montalván, César Augusto Cabrera; los mayores Luis Alvarado Batres y Napoleón Rojas Méndez, y el capitán Romero Guevara Reyes. Todos miembros de la llamada Cofradía y de la comunidad de inteligencia militar, y varios de ellos vigentes en la vida política y empresarial de Guatemala. Al final, nadie de la cúpula de la Red Moreno fue juzgado: todo se limitó a Moreno y figuras de poca monta.
En aquella época, hubo analistas que sugirieron, según Inforpress, que la exposición pública de militares en la Red Moreno, todos de la Cofradía, había sido una jugada de inteligencia del Sindicato; una venganza porque unos meses antes, en marzo de 1999, un sector militar había filtrado el Dossier de la muerte (Diario Militar), en el que constaban los nombres de 183 desaparecidos por inteligencia militar y la Policía Nacional.
Apuntando a Portillo
Pero el teniente Jerez fue más lejos: detalló históricamente cómo operaba la red. En su testimonio dice que en 1981 y 1982 Moreno encabezó operaciones ilegales en las aduanas y que de ello le informaba a Ortega Menaldo, a quien había conocido, según declaró, mientras dirigía la oficina de inteligencia militar en el Ministerio de Finanzas, y al ministro de Finanzas, el coronel Hugo Tulio Búcaro García. La red también controlaba operaciones ilegales en la desaparecida Guardia de Hacienda, la Contraloría General de Cuentas y el Ministerio Público, entre otras instituciones del Estado.
En pleno contexto electoral y con el partido Frente Republicano Guatemalteco (FRG) como favorito para ganar las elecciones de 1999, el “teniente Jerez” se atrevió a declarar en su testimonio que el entonces candidato presidencial Alfonso Portillo y el general Efraín Ríos Mont estaban involucrados de lleno en la Red Moreno. Dijo que “cada dos semanas Portillo recibía Q50 mil de las aduanas en Valle Nuevo y Q20 mil de las aduanas en Pedro de Alvarado. Los Q50 mil eran para el FRG y los Q20 mil para Portillo.”
Para esos días ya era ampliamente conocida la estrecha relación entre Portillo y Moreno. Aparecieron fotografías de ambos reunidos en diferentes escenarioss. El 12 de noviembre de 2002, elPeriódico publicó un extenso reportaje sobre militares y crimen organizado, con más fotografías en las que se encontraban reunidos Moreno, Portillo, Ortega Menaldo y Letona Hora.
¿Es ahora casual la confluencia del teniente Jerez y el abogado José Arturo Morales Rodríguez en el caso del Bufete de Impunidad?
Morales Rodríguez fue por varios años el abogado defensor, junto al abogado David Alexander Abbott Haim, del ex presidente de la República, Alfonso Portillo, durante todo el proceso judicial que se le siguió previo a su extradición en mayo de 2013. Algunos de los miembros del Ejército involucrados en el caso de Portillo también fueron citados como miembros de la Red Moreno. Militares como Jacobo Esdrás Salán Sánchez y Napoleón Rojas Méndez, fueron juzgados. A otros los liberaron, pero los volvieron a procesar en marzo de 2015 por el desfalco en el Ministerio de la Defensa Nacional que ocurrió durante el gobierno de Portillo. Estos militares son Luis Enrique Ríos Sosa Ávila, Luis Catarino Estrada Valenzuela, Moisés Eduardo Galindo Ruiz, Luis Alberto Gómez Guillermo, Randolfo Leonel Chacón Álvarez, Miguel Ángel Salguero Torres, Sergio Hugo Cárdenas Sagastume y Pedro Adolfo Catalán Muñoz.
Por eso mismo, para la CICIG y el MP el abogado Morales Rodríguez no era un desconocido. Durante un recurso de amparo promovido por Portillo contra la CICIG, el 6 de octubre de 2009 trascendió la relación de amistad que existía entre los dos abogados citados y el magistrado Noé Moya García, quien fuera recusado por el MP en ese caso.