Dos líneas de pensamiento diferentes. Entre 1917 e inicios de la década de los treinta, Keynes no tuvo rival. Por lo menos no de peso. Su primer escrito importante tuvo que ver con el final de la I Guerra Mundial y su “predicción” de que las condiciones de ese convenio derivarían en el fortalecimiento de los extremistas y la posibilidad de una siguiente guerra mundial. Así fue. Unos años después, Hayek estudia los ciclos económicos y empieza el debate.
A partir de la década de los treinta y evaluando políticas económicas que ayudaran a resolver la crisis de la depresión de finales de los veinte, empieza a surgir un debate entre estos dos economistas. Uno (Keynes) promoviendo la participación más activa del Estado y el otro (Hayek) insistiendo en el libre mercado.
Si revisamos las columnas de opinión en la mayoría de los medios escritos y electrónicos en la última semana, los argumentos a favor o en contra de la propuesta de actualización tributaria se centran, en buena parte, en argumentos a favor o en contra de la mayor participación del Estado en la economía. Algunos columnistas presentan las cifras “frías” de lo que implican las nuevas tasas o nuevos impuestos (IPRIMA) en diferentes sectores de la población. Otros argumentan que el PP está incumpliendo su primera promesa de campaña de no subir los impuestos, otros que es una puñalada a la clase media urbana que votó abrumadoramente por ellos en la segunda vuelta y algunos argumentan que no es suficiente. Que deben pagar más las empresas y los dueños del capital o que debe ampliarse la base (eufemismo para decir que paguen los que menos tienen).
¿En qué aspectos coinciden los columnistas? En que la principal carga estará en la clase media urbana. Es cierto, pero esto no es exclusivo de Guatemala, en toda América Latina (y en casi todo el mundo) la carga tributaria está en el 20% de la población que obtenemos más ingresos.
Los dos pilares de ingresos fiscales son el ISR y el IVA y en ambos casos (más en el ISR) un alto porcentaje de los impuestos los genera este grupo de la población. ¿Por qué? Porque somos los que tenemos capacidad económica. Entre el 91 y el 99% del ISR es aportado por ese 20% de la población y en el caso del IVA está alrededor del 50%. Nuevamente, ¿por qué? Porque somos el segmento de la población con más capacidad de pago. ¿Debieran pagar más las empresas y los dueños del capital? Sí. ¿Pueden pagar más los que menos tienen en este momento? No.
¿Queremos ampliar la base? Perfecto, como plantea ENADE en sus últimas tres versiones, debemos combatir la pobreza porque mientras más personas dejen la pobreza, más pasan a la clase media. ¿Cómo se combate la pobreza? Atacando las causas de la pobreza. Falta de oportunidades en educación, salud, nutrición y fuentes de empleo o ingresos para este segmento de la población. ¿Cómo se educa, brinda salud, nutrición e infraestructura para la producción? Con inversiones del Estado. ¿Qué genera esa inversión en el mediano plazo? Una población mejor educada, más sana y con mejor capacidad productiva. ¿Qué significa eso? Menos población en pobreza y una clase media más amplia. ¿Qué significa una clase media más amplia? La ampliación de la base tributaria.
Pero toda esta discusión está del lado de los ingresos. Urge priorizar el gasto, transparentarlo y lograr que este sea focalizado en la población que más lo necesita. De no ser así, nunca alcanzarán los recursos. Lo que estamos haciendo es insostenible.
¿Keynes versus Hayek?¿Quién tiene razón? En alguna forma ambos, la diferencia son los tiempos y los ciclos. Hayek decía que en el largo plazo, la economía se estabiliza sola y todos estaremos bien. Keynes decía que en el largo plazo, todos estaremos muertos. Los dos tienen razón. Ahora decidamos qué hacemos en Guatemala.
Dios los bendiga y les recuerdo que toda la gloria, la honra y el honor son siempre para Jesús.
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