Aunque este fin de semana estuve en Chicago para atender la reunión de economistas más importante del mundo, creo que las lecciones de economía más valiosas que aprendí fueron de un ingeniero guatemalteco. Y eso que oí a varios ganadores del Premio Nobel, como Stiglitz, Deaton y Schiller, entre otros. Este ingeniero me llamó la atención alrededor de varios hechos que él percibía como esenciales para «darle vuelta» a Guatemala.
Primero, a pesar de la insistencia en la educación, resulta que en Guatemala se paga muy mal la mano de obra altamente calificada. Muchos de sus amigos ingenieros en electrónica sienten alivio cuando reciben ofertas laborales de Q5 000. Mientras tanto, él vive en Chicago, tiene un apartamento y dos carros y se va de vacaciones al Caribe. Si ni siquiera los buenos ingenieros pueden alcanzar la canasta básica vital de Q7 224, la cual incluye alimentación, vivienda y transporte, ¿qué podemos esperar del 75 % de la fuerza laboral guatemalteca que no ha terminado la educación secundaria? ¿El problema? Hay muy pocas empresas que sepan aprovechar ingenieros y, en general, personal altamente calificado.
No solo es un problema para los ingenieros. En Guatemala tampoco se generan empleos para mano de obra medianamente calificada. Él ha dado clases a peritos en electrónica en Guatemala y sabe del potencial de estos para trabajar en fábricas de productos electrónicos de mediana sofisticación. Sin embargo, en lugar de ello se ha encontrado a muchos de sus exalumnos en bancos trabajando como cajeros. Totalmente desaprovechados. ¿El problema? Hay muy pocas empresas que sepan aprovechar peritos electrónicos y, en general, personal medianamente calificado.
¿Por qué su insistencia en hablar de ingenieros y peritos en electrónica? Pues porque depender del empleo en la agricultura tradicional, en el comercio informal o en el turismo comunitario nunca nos va a sacar de la pobreza. Es más, solo va a perpetuarla. No es posible crear empleos para un millón de guatemaltecos ganando por encima de la canasta básica vital si esos empleos van a ser recogiendo café, haciendo tortillas, vendiendo aguacates en el mercado o haciendo pulseras artesanales para turistas.
Al terminar la reunión se pregunta algunas cosas. ¿Qué detiene al Gobierno de Guatemala de impulsar el desarrollo de más empleos en actividades económicas sofisticadas cuando podría ganar votos para sus alcaldes y diputados? ¿Qué detiene a la élite económica del país de realizar dichas inversiones o de alinear al Gobierno para que haga su parte del trabajo cuando podría incrementar sus ganancias? No lo entiende.
Mientras tanto, está pensando en mudarse, probablemente a un lugar con inviernos menos intensos. ¿Guatemala? Tal vez. Él sueña con poner una fábrica en Guatemala para exportar productos a Estados Unidos. Él ve muchos de los equipos que se importan de México y China y sabe que Guatemala podría hacerlo. Eso lo haría volver. Sin embargo…
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