La pandemia, día 100, en cinco países
La pandemia, día 100, en cinco países
- Las medidas tomadas en Guatemala desde marzo del 2020 estuvieron entre las más estrictas durante los primeros 100 días en comparación con otros países. Se puede decir que fueron medianamente efectivas.
- A los 100 días, se evidenció una importante falta de pruebas de COVID19 realizadas en Guatemala. En relación con su población, Guatemala hace una prueba por cada 15 de Perú, y por cada 23 que hace Israel.
- Esto hace difícil la comparación de los datos. Para la población actual de Guatemala, el rango al que aspira el Gobierno va de 8246 pruebas diarias a 5497.
- Guatemala e Israel tenían a los 100 días la tasa de mortalidad más baja de los países analizados, pero Israel implantó medidas más suaves.
- México y Guatemala tenían la tasa de positividad más alta, lo que quiere decir que una mayor proporción de sus pruebas dan positivo.
- De los países analizados, Guatemala es en el que más lentamente se expande la epidemia.
- Además, se comprobó una baja inversión en salud, lo que podría explicar una tasa de letalidad más alta que en Israel y Perú, a pesar de tener una población más joven que estos dos países.
Tras más de 100 días de restricciones severas, el Gobierno las ha relajado con el argumento de que la población necesita un respiro económico y social. El virus ha aumentado el desempleo y deteriorado las condiciones laborales de aproximadamente 12 millones personas en América Latina y el Caribe, y ha sumido a 29 millones en la pobreza. Comparamos las estrategias de Guatemala, Perú, México, Suecia e Israel a cien días del primer caso en cada país. ¿Cuáles son los resultados?
Comparamos las estrategias de Guatemala, Perú, México, Suecia e Israel a cien días del primer caso en cada país. ¿Cuáles son los resultados?
La siguiente gráfica muestra para los cinco países el índice de severidad diseñado por la universidad de Oxford, que resume información sobre las medidas de 161 países contra la pandemia.
Guatemala, como Perú, impuso medidas drásticas; Israel reaccionó rápido, pero con menos severidad. México tardó, pero entre los 40 y los 100 días sus medidas fueron equiparables a las de Israel. Suecia no practicó ninguna en todo el primer mes y a los 100 días sus restricciones eran la mitad de duras que las de Guatemala.
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Guatemala, 15 veces menos pruebas que Perú, 23 menos que Israel
Pese a su drasticidad y rapidez, Perú era el país con mayor número de casos oficiales entre los países analizados y tenía también la más alta tasa de casos por millón: 2.5 veces más alta que la de Suecia, y que contaba con 2,600 casos por millón y era la segunda más alta. Quizá porque el 70 % de la población peruana activa depende de la economía informal, lo que la obliga a salir todos los días para generar ingresos. (Guatemala, que hace muchas menos pruebas [gráfica 2], tiene un porcentaje similar de población en la economía informal). A los 100 días Perú contaba 6,000 fallecidos. México, que tardó 40 en acercarse a sus restricciones, registraba 14,000 muertes. Pero la población de México es casi cuatro veces la de Perú, y su densidad poblacional 2.5 mayor. Así, la tasa de mortalidad de Perú era más alta, con 187 muertes por cada millón habitantes por las 108 de México.
La gráfica 2 puede sugerir que Guatemala es el país que mejor ha controlado la expansión de la pandemia. Esto podría atribuirse a la severidad de las medidas de contención adoptadas por el Gobierno desde el principio, y a su duración.
Sin embargo, debido a que Guatemala solo había realizado 2.9 pruebas por cada mil habitantes, es posible desautorizar tal conjetura. El número de casos se mueve en proporción al número de pruebas: a más pruebas, más casos. México también tiene una tasa baja de pruebas. Perú, Suecia e Israel registran 44.2; 17.3; y 65.6 pruebas por cada mil habitantes respectivamente. Este es un factor clave para detectar personas contagiadas, aislarlas y evitar la expansión del virus.
De los países comparados, Israel y Guatemala tenían la menor tasa de mortalidad, pese a que Israel tardó un mes en adoptar medidas tan severas como las de Guatemala.
La gráfica 3 muestra la tasa de positividad (porcentaje de pruebas que dan positivo) y la tasa de letalidad del COVID19 en cada país, que se refiere a cuántas personas mueren del total de contagiados.En Guatemala, la tasa de positividad es casi tan alta como en México, y la tasa de letalidad es más alta que en Perú e Israel.
Según la COPRECOVID, la cantidad de pruebas diarias por cada 1,000 habitantes debe estar entre 0.4 e idealmente 0.7 pruebas (para una población de 15 millones de habitantes, esto representaría entre 5,497 y 8,246 pruebas diarias). Al día 100 Guatemala realizaba alrededor de 435 pruebas diarias: 0.029 pruebas diarias por cada 1,000 habitantes. Esto evidencia que la cantidad de pruebas que se realizan en el país es insuficiente para conocer la evolución de la epidemia.
La alta tasa de letalidad puede sugerir que, por la escasa cantidad de pruebas, solo estamos registrando los casos más severos y por lo tanto los que más probablemente tengan un desenlace fatal. Pero no hay que tomar a la ligera este dato: puede apuntar a que si en Guatemala los contagio se multiplican, se producirá una gran cantidad de muertes en comparación con otros países.
La gráfica 4 muestra el número efectivo de reproducción (Rt). Si Rt es mayor que 1, cada persona infectada transmitirá el virus a más de una persona. Esto sugiere que las medidas de distanciamiento son insuficientes o incumplidas. Si el número de reproducción es menor que 1, los contagios disminuyen.
El Rt de Suecia y Perú es igual a 1. La propagación de la enfermedad se mantiene estable: cada persona contagiada, infecta a otra. Guatemala y México superan levemente el 1: cada contagiado infecta a más de una persona. En Israel, el Rt es más alto.
Guatemala aventajaba por un día a los demás países en el ritmo de multiplicación de los casos. Quizá por la severidad de las medidas de confinamiento, o quizá por un subregistro derivado del déficit de pruebas.
Población, inversión en salud y capacidad de respuesta
Pese a que Suecia es el país que más invierte per cápita en salud, y el que tiene una menor densidad poblacional, padece la tasa de mortalidad más alta por COVID19 (gráficas 5, 6 y 7). La densidad de población de Guatemala no es baja, por lo que el peligro de diseminación crece. Y dado que su sistema de salud es deficiente, que invierte menos en salud pública y tiene pocas camas por habitante, el riesgo de permitir que la enfermedad se expanda es altísimo.
La inversión en salud de Guatemala es mínima: un 2.1% del PIB. Siguen Perú con un 2.2 % y México con un 2.8% (gráfica 8). La OPS/OMS recomienda que el gasto público mínimo en salud sea de al menos 6% del PIB.
Guatemala destaca como el país con mayor población joven, entre 0 y 24 años. En este grupo, las tasas de contagio y de mortalidad han sido bajas en el mundo. Además, cuenta con el más bajo porcentaje de población mayor de 55 años, edad a la que los contagios son más letales. Lo anterior representa una ventaja y debe ser una de las razones que explican la baja tasa de mortalidad (Gráfica 7).
Suecia, el país con mayor inversión en salud, es el más envejecido. Esto puede explicar su alta letalidad. Los países comparados parecen tener un porcentaje similar de fuerza laboral (población entre los 24 y 54 años), que es la más expuesta y a su vez puede ser la más afectada por la crisis económica.
¿Qué recomendamos?
Se necesita mejorar el rastreo de los contagios de casos confirmados, tanto sintomáticos como asintomáticos, existen ya propuestas de aplicaciones de rastreo desarrolladas para dispositivos móviles que permiten por ejemplo hacer un rastreo de movilidad y contacto entre individuos. Se debe también ampliar y mejorar las bases de datos del COVID19, en plataformas accesibles, confiables y estables.
Según el Centro de control y prevención de enfermedades, el virus se propaga principalmente de persona a persona, a través del contacto cercano (habla, estornudos y tos). Pero puede propagarse también al tocar objetos y llevarse las manos a la nariz, la boca o los ojos después. El uso de mascarillas y caretas de plástico debería ser obligatorio en todo espacio de trabajo y lugar público.
El contacto en las oficinas, al ir de compras, o fuera del círculo del hogar, debería ocurrir con la distancia debida, y se debe priorizar la virtualidad. La tecnología lo permite. Al salir de compras, se puede llevar papel y lápiz y escribir al personal cualquier duda, en vez de hablar. El analfabetismo podría representar un problema en este sentido, pero las tasas de analfabetismo son más bajas en las ciudades, lugares donde más se esparce el virus. Específicamente en el municipio de Guatemala que es el que cuenta con más casos a la fecha, la tasa es sólo del 3%.
Por último, es conveniente evitar que los empleados permanezcan en las oficinas durante la hora de almuerzo, debido a que es en este momento en que las personas se quitan las mascarillas para comer y tienden a socializar, por lo que un toque de queda que sería más efectivo es probablemente a las 4pm, permitiendo que las personas lleguen a almorzar a sus hogares, aunque sea tarde. De contar con horarios de almuerzo, las oficinas deberían promover horarios de almuerzo escalonados en los cubículos o en lugares al aire libre.
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