La vida es esa cosa que pasa más temprano en Alta Verapaz (según el censo)

Para empezar, en Alta Verapaz la vida es esa cosa que ocurre más temprano, y de una forma muy precaria.

La población de Alta Verapaz es la más joven del país. Tiene  un porcentaje más pronunciado de personas menores de veinte años, y por lo tanto, hay un porcentaje menor de personas mayores. A pesar de este desbalance generacional, la población casada o unida es relativamente alta. Esto sugiere que las personas consiguen pareja y forman un hogar a edades más tempranas. ¿Qué tanto? Casi una cuarta parte de las mujeres tienen su primer hijo antes de los 18 años.

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Una vez formados, los hogares buscan consolidarse. La cantidad de separaciones y divorcios es más baja en Alta Verapaz que en el resto de Guatemala. Esta tendencia hacia la fortaleza del núcleo familiar se observa también en la estructura de los hogares. Alta Verapaz presenta el mayor porcentaje a nivel nacional de hogares conformados por cónyuges, en donde cuatro de cada cinco hogares tienen esta estructura familiar. A pesar de esto, solamente en la mitad de hogares la toma de decisiones es conjunta. Esto coincide con el promedio a nivel nacional. Sin embargo, una pieza distintiva del rompecabezas de Alta Verapaz aparece cuando la toma de decisiones no es conjunta. En el 32% de los hogares las decisiones son tomadas únicamente por hombres y en tan solo el 12% de los hogares son tomadas por mujeres. Esta disparidad en la toma de decisiones es la más amplia a nivel nacional.

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Respecto a la estructura familiar, los hogares se conforman principalmente por ambos padres y un promedio de casi tres hijos viviendo en el hogar. Esto último lo convierte en el segundo departamento con más hijos en casa. La combinación de la estructura familiar y el número de convivientes fuera del núcleo hacen de Alta Verapaz, junto con Totonicapán y Quiché, los tres departamentos con el promedio más alto de personas por vivienda en el país, superando los cinco miembros.

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En el aspecto académico, la escolaridad se ve como algo primordial en los primeros años de vida. Sin embargo, pierde peso en la adolescencia y adultez. A nivel primario y básico, la asistencia a la escuela es normal con respecto al resto del país. No obstante esta disminuye notablemente en diversificado y a nivel superior. Uno de los factores más importantes en la deserción escolar lo constituye la falta de motivación familiar y personal. Acá se presenta el mayor porcentaje de personas que no persiguen sus estudios por presión en el hogar. Es decir, los padres o convivientes de las personas en edad escolar no quieren que prosigan con sus estudios. A esto también se le suma que aquí se presenta un porcentaje mayor al promedio nacional de personas que no asisten a la escuela porque no quieren o porque no les gusta estudiar. Reflejo de esta situación es el alto nivel de analfabetismo. Alta Verapaz es el segundo departamento con mayor porcentaje de personas analfabetas en el país: aproximadamente uno de cada cuatro hombres y una de cada tres mujeres no saben leer ni escribir.

Los hogares son más aislados y precarios en Alta Verapaz

Las piezas del rompecabezas también nos ayudan a descubrir que en Alta Verapaz encontramos hogares inconexos, incomunicados y construidos con materiales de baja calidad. Más de la mitad se encuentra en áreas rurales, y menos de la mitad cuenta con tuberías de agua. La gran mayoría de viviendas depende de fuentes naturales como los ríos, lagos, manantiales, nacimientos y agua de lluvia. Pero también utilizan servicios temporales como camiones de agua y toneles. Esto tiene consecuencias en el tratamiento de agua y desechos: La mayoría de hogares carece de servicios sanitarios formales y utiliza letrinas, pozos ciegos o excusados lavables. La red de recolección de basura no llega ni siquiera a unoc de cada cinco hogares. Por eso Alta Verapaz es el departamento que más quema su basura.

Las viviendas no son palacios. Casi ni son casas. La infraestructura es de baja calidad e improvisada. La mayoría tiene suelo de tierra. Alta Verapaz tiene los mayores índices de construcción con adobe, madera, bajareque, lepa, lámina, o incluso con materiales de desecho. Casi todas las viviendas se techan con lámina.

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En cuanto a energía en el hogar, tampoco se está mejor. Alta Verapaz cuenta con casi un tercio de las hidroeléctricas en el país y genera aproximadamente la mitad de la energía eléctrica proveniente de hidroeléctricas a nivel nacional. A pesar de esto, la cobertura eléctrica es baja en todo el departamento, y se sitúa entre las más precarias del país: alcanza tan solo al 49% de los hogares.  Por ejemplo, en los municipios de Senahú, San Agustín Lanquín y Santa María Cahabón, esta apenas alcanza a menos de uno de cada cuatro hogares. Por esta razón, más de la mitad de hogares utilizan fuentes de energía alternativas para la iluminación y cocina.

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Usar leña para cocinar es uno de los problemas energéticos y de medio ambiente más grandes a nivel nacional. En Alta Verapaz, casi nueve de cada diez viviendas la usan y solo el 15% de hogares poseen refrigeradora (el departamento no tiene igual a escala nacional en ninguno de los dos indicadores). Estos datos obligan a la mayoría de hogares a consumir alimentos del día o no perecederos.

Además de la cocina, otro uso importante de energía en el hogar es la iluminación. Puesto que la cobertura eléctrica es bastante baja en ciertos lugares en Alta Verapaz, muchos utilizan energías alternativas. Los índices más altos de uso de candelas, lámparas de gas, energía eólica y energía solar se encuentran aquí.

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La desconexión y el aislamiento de los hogares también se pueden reconocer al unir las piezas concernientes a las comunicaciones. La mayoría de hogares en Alta Verapaz no tiene acceso a radio o televisión. Estos son los porcentajes más bajos de telecomunicaciones a nivel nacional, lo cual hace que los habitantes dependan de otros sistemas de comunicación o que estén incomunicados. No solo las telecomunicaciones son bajas acá. Aproximadamente uno de cada diez hogares posee un medio de transporte motorizado. Este es de los porcentajes más bajos a nivel nacional con respecto a la tenencia de un medio de transporte en el hogar.

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Todas estas piezas del rompecabezas muestran a Alta Verapaz como el departamento más vulnerable en cuanto a calidad de vida. La precariedad de las viviendas presentan un reto a la salud de sus habitantes y los factores sociales muestran un desafío para impulsar el desarrollo en el departamento. Alta Verapaz necesita políticas para mejorar la infraestructura de sus viviendas, así como lograr una mejor calidad de servicios e interconexión. Asimismo, al ahora de implementar dichas políticas, es importante comprender que la población es principalmente joven, rural, con una escolaridad a nivel superior baja y orientada a formar núcleos familiares tradicionales.