Esas transformaciones traen también consigo transformaciones políticas. La lucha de poder se traslada de las exportaciones tradicionales, a las cajas registradoras y llegan a las ventas no registradas.
Desde la Colonia, pasando por la Independencia, la Reforma Liberal y hasta llegar a la Revolución del 20 de octubre, las estructuras tradicionales sobre las que se basaba la producción guatemalteca estaban centradas en la producción agrícola. Hay productos que han tenido épocas doradas y que luego desaparecieron. Algunos productos han tenido altos y bajos. El algodón saturaba la costa sur a finales de los sesenta hasta finales de los setentas. Incluso en medio hubo una quiebra que causó estragos económicos. Hoy no hay plantaciones de algodón en Guatemala.
Desde la Reforma Liberal, el café ocupa un espacio importante en la economía del país. Ha tenido altos y bajos. Momentos en que el precio mundial ha caído tanto que incluso han “necesitado” ayuda del Estado para sobrevivir. No puede quebrar si mantiene a tantas personas, ¿verdad? Cuando buena parte de la costa sur estaba llena de algodón solo se complementaba con presencia de ganado. Este se movió después hacia oriente y hacia el norte. Pero también la carne de ganado ha tendido a disminuir y casi a desaparecer. Más reciente se sintió el impacto de dos productos, la caña de azúcar y sus productos agroindustriales (azúcar, melaza, alcohol y energía) y la palma africana.
Durante el siglo XX empezaron a surgir grupos económicos emergentes. Estos grupos se dedican más al comercio y servicios de todo tipo. Los supermercados, las ventas de comida (en sus variaciones locales y franquicias), bancos, “call-centers”, telefonía, agua domiciliar, centros comerciales y educación. Algunos de estos grupos emergentes iniciaron con pequeños negocios familiares que se fueron transformando en grandes corporaciones. Otros son producto de la inversión de los sectores tradicionales en la banca, la industria o la construcción. También surgen de una diversificación provocada por la transición generacional que provoca un interés en áreas que las generaciones anteriores no conocían o veían como inversiones riesgosas.
Estamos viendo ahora una transición a la siguiente etapa económica del país. La energía eléctrica, la industria petrolera y la industria extractiva. Sí, todas han existido desde hace algunos años, pero viene ahora una etapa de crecimiento rápido. Todas amparadas con contratos, concesiones o usufructos del Estado.
Paralelo al crecimiento de los grupos de economía emergente surgen también los grupos de economía ilegal. Lo primero que viene a la mente a cualquiera es el narcotráfico, pero el narcotráfico requiere de estructuras complementarias que se mezclan con los grupos tradicionales o emergentes. Necesitan lavar sus activos. Para esto necesitan constructoras, desarrollos inmobiliarios, contratos con el Estado y por supuesto bancos donde depositar y “legalizar” sus transacciones ilegales. Pero no solo están las estructuras ilegales vinculadas al narcotráfico también están las estructuras que operan la industria de la corrupción por medio de contratos con el Estado (usufructos, concesiones, contratos de obra pública, etc.) y nuevamente acá se genera el vínculo con las estructuras de la economía tradicional y emergente. Sus bancos, constructoras y desarrollos industriales.
Finalmente está la economía que se deriva de la evasión fiscal. Esta es derivada de cualquiera de las dos originales (tradicionales y emergentes) y que ahora necesita usar las mismas estructuras que lavan el dinero de la economía ilegal. Sí, sus bancos, constructoras y desarrollos agrícolas e industriales. Necesitan invertir en negocios legales para limpiar sus negocios ilegales.
Esas transformaciones económicas generan transformaciones en las relaciones de poder. Antes las estructuras tradicionales y emergentes tenían control absoluto sobre las estructuras políticas por medio de su financiamiento. Hoy están peleando por sobrevivir. Hay temas en los que coinciden (secreto bancario y leyes anticorrupción) y por eso no vemos avances en leyes en esos temas. Hay otros temas en los que difieren y es allí donde se dan las luchas más fuertes que llegan incluso a matar para sobrevivir.
Por eso vemos ahora la lucha por reformas constitucionales, a la ley electoral y de partidos políticos, leyes de minería e hidrocarburos y alianzas público privadas para explotar los bienes del Estado. La transformación económica transforma el poder y algunos luchan por sobrevivir.
Dios los bendiga y les recuerdo que toda la gloria, la honra y el honor son siempre para Jesús.
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