Así, como en otros artículos, aclaro que este no es un documento científico para historiadores, sino un compendio de respuestas para alumnos que comienzan a buscar su ser y estar en estos vastos territorios de la otrora Tezulutlán.
Si usted estimado lector recorre la zona 3 de la ciudad de Cobán, cabecera de Alta Verapaz, encontrará que un distrito de dicha delimitación se llama Barrio San Juan Acalá. Está muy bien señalizado por medio de plaquetas colocadas en las casas más antiguas de la circunscripción. Desde que yo era niño, se decía mucho del nombre. No faltó quién lo relacionara con Alcalá de Henares y, en consecuencia, con una inscripción anómala en las placas. Nada más alejado de la verdad. Así pues, vamos al origen del nombre y del misterio de los acalaes. Aclaro que he consultado muchas fuentes acerca del origen y desaparición del grupo lingüístico en mención porque, a más de haber nacido yo allí, estoy escribiendo una novela histórica para poner en claro el papel que jugó fray Domingo de Vico —autor de la Thelogía Indorum, políglota, polímata, ardoroso defensor de la fe, cuya vehemencia (o imprudencia) lo llevó a la muerte a mano de los acalaes y lacandones, lo que a su vez provocó el ocaso del proyecto de Evangelización Pacífica de su hermano de Orden, Fray Bartolomé de las Casas.
Destaco entre las fuentes consultadas a los frailes Antonio Matabuena (+) y Jesús Tapuerca de la Orden de Predicadores. A Didier Boremanse, André Saint Lu y Juan Pedro Laporte. Los tres últimos accesibles para la población en la monumental obra Historia General de Guatemala de la Asociación de Amigos del País, Fundación para la Cultura y el Desarrollo.
Para entrar en intelección de los acalaes hemos de conocer sus territorios en el siglo XVI. Con el propósito de establecer un necesario orden (para quien lee por primera vez acerca de dichas regiones), numeraré los párrafos principales.
1. El territorio donde moraban los líderes de los acalaes en Tezulutlán-Verapaz estaba aledaño al actual casco urbano del municipio de Chisec. No entro en detalles geográficos porque ocupaban grandes extensiones de tierra (y no es cometido de este artículo). Sin perjuicio del tamaño geográfico de su distribución, a este territorio se le conocía y conoce como El pequeño acalá o Acalá la chica.
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2. Existía también el territorio del Gran Acalá, una región mucho más grande que Acalá la chica, situado al sur de la Laguna de Términos. Esta laguna se localiza al suroeste de la península de Yucatán, en el golfo de Campeche. De allí provenían los acalaes que llegaron a los territorios aledaños al actual Chisec. Ellos se habían hecho del negocio del manejo de la sal. Ha de recordarse que muy cerca estaba Salinas de los Nueve Cerros (denominación actual) entre los municipios actuales de Cobán e Ixcán.
3. Los acalaes no eran maya-descendientes. Ellos eran nahua-descendientes. Se entendían muy bien, cuando les convenía, con los lacandones. Dicho sea, los lacandones estaban afuera de los límites de Tezulutlán-Verapaz, en cambio los acalaes sí estaban adentro del territorio cuyo señorío encabezaba desde Chamil (en el actual municipio de San Juan Chamelco) el cacique Aj Pop O’ Batz.
4. Existía y existe, aunque muy disminuida por el cambio climático, una red de ríos que conectaban las circunscripciones de la Gran Acalá con Acalá la chica. Entre otros están los ríos Usumacinta, San Pedro, Lacantún, el río Chixoy e incluso el Jalaté, que corresponde ahora al Estado de Chiapas, en México.
5. La relación con los q’eqchís no era buena. Tampoco la de los q’eqchís y los lacandones. Esa era una de las razones por la cual el proyecto de Bartolomé de las Casas no alcanzaba a dichas zonas. Los acalaes del Pequeño acalá estaban situados en medio de los q’eqchís y los lacandones.
En las posibles fechas: 24 de noviembre de 1555 (según el Memorial de Sololá, que de acuerdo al calendario juliano correspondió a un día viernes) o el miércoles 29 de noviembre del mismo año, Vísperas de la Fiesta de San Andrés, fray Domingo de Vico (quien se aventuró allí contraviniendo a sus superiores) fue matado a golpes y flechazos en el territorio de Acalá la chica. El desastre se vino en consecuencia. Aj Pop O’ Batz, para mantener preservado el territorio de la intromisión española les hizo la guerra y a unos sobrevivientes los confinó en un área del Barrio San Marcos, de Cobán, mismo que ahora corresponde a la zona 3 y se llama Barrio San Juan Acalá. (San Juan por Juan Aj Pop O’Batz y acalá por los acalaes mismos). Otros huyeron hacia la Sierra de Chamá donde se mixturaron con los q’eqchís y otro grupo se asentó en el actual Santa Cruz El Chol, de la Baja Verapaz.
Así, estimado lector, misterio no hubo (para mí lo fue por muchos años), ocultamiento de la historia, sí. De tal manera, espero que este comprimido artículo haya sido útil para quienes me lo solicitaron.
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