abro la ventana que da hacia la calle, desayuno, cierro la ventana, me quito la pijama y me pongo una toalla, me baño, me visto, me pongo una falda, me quito la falda, no puedo salir con falda, me pongo un pantalón y si me queda flojo mejor, abro la ventana, me quiero cambiar la blusa, cierro la ventana, me cambio la blusa, abro la ventana, me tengo que ir, ¿me voy en bicicleta?, no, la última vez alguien me dio una nalgada, mejor pido un Uber, reviso el perfil del chofer, le tomo un screenshot a la pantalla, se lo mando a mi mamá para que sepa con quién voy, cierro la ventana, me subo al Uber, me ofrece un dulce, lo acepto, pero no me lo como, el Uber me hace plática, le respondo monosílabos, no quiero ser grosera, pero no quiero darle confianza, el Uber cruzó donde no era, ¿qué esta pasando?, ¿adónde me lleva?, está todo bien, está todo bien, solo es un atajo, termina el trayecto del Uber, me bajo, todo salió bien, tengo que caminar dos cuadras, veo hacia todos lados, comienzo a caminar, hay dos hombres en un taxi estacionado con las puertas abiertas, me subo a la banqueta, paso frente al taxi, me dicen algo, no entiendo qué, sigo de largo, hay un policía de seguridad privada en una puerta más adelante, me bajo de la banqueta, me mira feo, me subo a la banqueta, viene caminando un grupo de adolescentes con uniforme de colegio, me cambio de banqueta, me silban, me dicen cosas, otra vez no entiendo qué, o tal vez sí, pero no pongo atención, me encuentro a alguien conocido, me pregunta cómo estoy, le digo que bien, me dice que me veo estresada, le repito que estoy bien, me explica durante un rato por qué debo evitar el estrés, me despido, me da un abrazo fuerte y un beso en el cachete, me limpio las babas que me dejó en la cara, sigo mi camino, llego al lugar en el que debía estar hace diez minutos, me quedo en ese lugar el resto del día, me preguntan si estoy enojada, me preguntan si estoy enojada, me preguntan si estoy enojada, me preguntan si estoy enojada, me preguntan si estoy enojada, me preguntan si estoy enojada, ya es hora de irme, hay mucho tráfico, lo mejor es caminar, voy a la casa de alguien que queda cerca, está oscureciendo, me amarro bien los zapatos por si tengo que correr, me pongo las llaves entre los dedos con la mano empuñada, comienzo a caminar, un grupo de hombres, un hombre, dos hombres, policías, albañiles, taxistas, brochas, adolescentes, borrachos, vagabundos, tres hombres, un hombre, me subo a la banqueta, me bajo de la banqueta, cruzo la calle, camino más rápido, camino más despacio, me cubro la cara con el pelo, me subo a la banqueta, me bajo de la banqueta, me desvío del camino, no entiendo lo que dicen, ignoro lo que dicen, me subo a la banqueta, me bajo de la banqueta, cruzo la calle, vuelvo a cruzar la calle de regreso adonde estaba, camino más rápido, camino más despacio, llego a la casa, toco el timbre, veo hacia todos lados, alguien abre la puerta, me pregunta cómo estoy, le digo que bien, me pregunta qué tal mi día, le digo que en la mañana tomé un Uber y que cruzó por una calle que no era, me interrumpe, me dice que tuvo un día terrible, le digo que yo también, que hoy cuando iba caminando en la calle, me interrumpe, me interrumpe, me interrumpe, me interrumpe, me interrumpe, me interrumpe, me interrumpe, me interrumpe, me desespero, me dice que me tranquilice, le digo que estoy tranquila, me dice cómo debería estar, me enojo, se enoja, me disculpo, no se disculpa, silencio, silencio, comienzo a hablar, sé que no me escuchó porque me responde algo que no tiene nada que ver con lo que dije y sigue hablando, habla, habla, habla, habla, es tarde, tengo que irme, pido un Uber, reviso el perfil del chofer, le tomo un screenshot a la pantalla y se lo mando a mi mamá para que sepa con quién voy...
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