No será por ninguna denuncia en mi contra de alguna mujer con quien haya tenido una relación. Será por un tuit que cualquiera puede ver en mi red social, y usted puede juzgar por sí mismo si es delito o no.
Todo empezó en enero del 2018, cuando la señora Karina de Rottmann, dueña de un canal de televisión, presentó al menos dos denuncias en mi contra en virtud de un mensaje que escribí en la red social Twitter en el 2017.
Los fiscales, al hacer el análisis y la investigación, concluyeron que los hechos denunciados no eran delito. Sin embargo, la denunciante se opuso, por lo que una jueza ordenó practicar otras diligencias de investigación. Por ello, en mi calidad de sindicado, tuve acceso a revisar las actuaciones fiscales y el expediente, donde encontré un registro de instrucciones de cada fiscal que ha diligenciado el caso.
Entre las notas relevantes del registro de instrucciones está la de una fiscal que dejó constancia de que el 25 de enero de 2019 se abocó ante la fiscal de sección adjunta de la Fiscalía de la Mujer, a quien le reiteró su criterio de desestimar el presente caso. Asimismo, hizo constar que sostuvo reunión con la jefatura de dicha fiscalía, la cual indicó que era orden del secretario general solicitar la primera declaración en mi contra.
También hizo constar, la misma fiscal, que el 8 de febrero de 2019, encontrándose en el despacho del secretario general, señor Rony López, junto con este, la fiscal de sección de la Fiscalía de la Mujer, la denunciante Karina de Rottmann y el abogado de esta, el citado funcionario le ordenó a la fiscal que debía pedir mi primera declaración. La fiscal repitió que no existía delito. Sin embargo, dicho funcionario insistió. De nuevo, en otra de las anotaciones de la fiscal, ella indica que el 11 de febrero recibió una nueva orden del secretario general.
Por esto es claro que las distintas fiscales que han diligenciado la denuncia en mi contra coinciden en que no hay delito. Sin embargo, el secretario general, a pesar de no tener la autoridad para hacerlo, ha ordenado solicitar la primera declaración en mi contra. Por estos actos, el día de ayer presenté querella penal en contra de dicho funcionario por los delitos de abuso de autoridad y usurpación de funciones.
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Pero ¿por qué este funcionario da estas órdenes ilegales? Desde hace varios meses he denunciado prácticas corruptas, de nepotismo y de claro favorecimiento a ciertos sindicados por parte de Consuelo Porras. Por eso no es coincidencia que, justo una semana después de haber denunciado que esta retrasó intencionadamente el expediente en contra de la candidata Sandra Torres, el secretario general haya ordenado de forma ilegal que se inicie una persecución penal en mi contra en un caso en el cual los mismos dictámenes periciales indican que no hay delito (existe dictamen lingüístico del Inacif que señala que mi tuit no fue misógino).
La fiscal general y sus funcionarios cercanos intentan callarme de manera descarada, usando la Ley contra el Femicidio como ley mordaza, buscando convertir en delito la libre expresión del pensamiento a través de las redes sociales y reprimiendo a aquellos que nos atrevemos a denunciar sus prácticas de nepotismo y corrupción procesal.
Por eso este jueves la Fiscalía buscará ligarme a proceso penal y meterme preso, así como lo escucha. Después de esta audiencia me puedo ir preso. Y no me dan miedo ni Consuelo Porras ni su secretario general ni cualquier fiscal al que obliguen a ir a esa audiencia porque confío en el sistema de justicia, en mi inocencia y, sobre todo, en la publicidad de los actos. Y estoy dispuesto a seguir denunciando aunque eso signifique parar preso.
Los invito a que vayan a mi audiencia en el primer nivel de Gerona. Será pública y allí se verá que el supuesto caso no es más que una represalia de Consuelo Porras y de sus secuaces para callarme, pero no lo lograrán.
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