Deportados con COVID-19, el riesgo son las prisiones en EE. UU.
Deportados con COVID-19, el riesgo son las prisiones en EE. UU.
- Los migrantes detenidos en EEUU guardan prisión en lugares con malas condiciones sanitarias.
- Las autoridades estadounidenses confirmaron que el personal a cargo de resguardar a los detenidos dio positivo por Coronavirus.
- Las deportaciones continuaron pese a que EEUU conocía las condiciones de sus prisiones.
- Dos migrantes guatemaltecos deportados dieron positivo por Coronavirus. En el mismo vuelo viajaron otros 39 retornados.
De los casos de coronavirus confirmados en Guatemala, cuatro* vineron deportados de EEUU. El foco de contagio son las prisiones donde estuvieron detenidos, lugares con malas condiciones sanitarias y en donde no se puede cumplir el distanciamiento social. Los mismos custodios han sido quienes dieron positivo a las pruebas de COVID19.
"Libérenlos a todos" (#FreeThemAll) es el hashtag promovido por organizaciones de apoyo a inmigrantes en Estados Unidos, piden que el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE por sus siglas en inglés) libere a todos los detenidos porque están en riesgo de un contagio masivo de COVID-19.
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De acuerdo con ICE, hasta el 14 de abril*, al menos veinte de sus empleados y personal que trabaja en los centros de detención tienen el virus, otros ochenta no asignados a estas instalaciones también han dado positivo. El reporte también incluye 77 detenidos, entre ellos un guatemalteco.
Cuatro* guatemaltecos más estuvieron bajo custodia de ICE, y retornaron al país el 26 de marzo, han dado positivo a la enfermedad. Varias publicaciones en medios estadounidenses realzan que no hay suficientes centros hospitalarios cercanos a los centros de detención, y que las condiciones de higiene son deficientes en estos recintos.
Deportaciones constantes
El Ministerio de Relaciones Exteriores (Minex) no tiene información precisa de cuántos guatemaltecos hay en los centros de detención estadounidenses a la espera de ser deportados. Desde mediados de marzo tampoco tienen permiso de visitar esas instalaciones. Según el Instituto Guatemalteco de Migración, entre enero y marzo de 2020 EE. UU. ha deportado 11,532 personas.
El pasado 5 de abril, el gobierno de Guatemala pidió a EE. UU. que cada viaje con deportados se reduzca a 25 pasajeros, que traigan un certificado de asintomáticos, que hayan estado encerrados por al menos 15 días y que solo sean originarios de la ciudad capital. Lo usual es que en cada vuelo retornen entre 60 y 90 guatemaltecos. EE. UU. había suspendido las deportaciones en marzo, días después las reanudó. El 6 de abril rectificó de nuevo y anunció la suspensión total. La decisión duró hasta el lunes 13, cuando se reanudaron*.
Los reportes indican que la mayoría de vuelos que ingresaron entre el 12 y 30 de marzo, llegaron con menos de 100 personas. En ese lapso entraron 16 vuelos con 1,270 personas desde El Paso y Brownsville, Texas; Alexandría, Luisiana; y Mesa, Arizona.
«Nosotros habíamos dicho desde el principio que detuvieran las deportaciones, que en los centros de detención (era mejor) que liberaran a la gente, porque allá se tienen mejores medidas para que la gente tenga pase la cuarentena en sus hogares», explica Úrsula Roldán, directora del Instituto de Investigación y Proyección sobre Dinámicas Globales y Territoriales (IDGT) de la Universidad Rafael Landívar.
De acuerdo con el área de comunicación de la cancillería guatemalteca, a la liberación solo califican menores no acompañados y personas que ya tienen un proceso de asilo en trámite, con fecha para acudir ante un juez, «siempre y cuando no representen un riesgo para la sociedad y tengan predisposiciones de salud que los pongan en riesgo ante la pandemia».
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Se espera que a partir del 2 de abril inicie esa liberación paulatina, añadió la cancillería. Como requisito, deben tener un familiar que pueda acogerlos para cumplir con las disposiciones de aislamiento social dictadas por el gobierno de Estados Unidos. Tampoco se conoce cuántos tendrán esta posibilidad.
Los demás, deben esperar turno para ser deportados, bajo riesgo de contagio en los centros de detención. Al volver, se pondrá a prueba el sistema de salud, dice Eduardo Woltke, defensor de las personas migrantes. Mientras más migrantes sean devueltos, se amplifica la necesidad de practicar pruebas, darle seguimiento a la cuarentena y atención médica.
Al hacer cuentas, Woltke considera que, por el flujo de deportaciones, «solo los deportados desbordarían los centros de contención (hospitales campaña construidos por el gobierno)».
Ocho casos de detenidos con coronavirus en centros de detención en EE. UU.
El caso número seis de esa lista corresponde a un ciudadano guatemalteco de 45 años que estaba en el Centro Correccional de La Palma en Eloy, Arizona. Este fue dado a conocer el 1 de abril.
Antes de él, en Guatemala se conoció que un guatemalteco que ingresó el 26 de marzo, procedente de Mesa, Arizona, dio positivo al virus. A su ingreso no reportó síntomas, indicaron las autoridades de salud, pero tres días después fue trasladado desde su natal Momostenango, en el departamento de Totonicapán, hacia un centro hospitalario estatal en la capital.
El viernes 3 de marzo, otra persona deportada en ese mismo vuelo fue confirmada con la COVID-19. Estaba en cuarentena en Mazatenango, en el departamento de Suchitepéquez, pero también fue trasladado para recibir atención en la ciudad capital.
El martes 7 de abril el gobierno anunció el paciente número 75, un hombre que fue deportado en el mismo vuelo que los dos anteriores. Es originario de Suchitepéquez y estaba en su comunidad cuando dio positivo a las pruebas. *El último caso del que se tiene información es de un adulto con residencia en Olintepeque, Quetzaltenango, que se rehusaba a ser trasladado a un centro de atención y no guardó cuarentena. Su esposa también se contagió.
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Junto a estos tres hombres viajaron otras 37 personas, entre ellas siete niñas y tres niños. Actualmente están en cuarentena y bajo supervisión, informaron las autoridades.
Hasta el momento, son los únicos casos de migrantes deportados de EE. UU. con coronavirus de los que se tiene registro, luego que el Ministerio de Salud ha practicado un número no determinado de pruebas. Esta cartera no divulga detalles del manejo de las pruebas.
Los parientes de cada uno de estos deportados se suman a las personas en cuarentena obligatoria. En San Vicente Buenabaj, Momostenango, Totonicapán, los familiares del hombre deportado que dio positivo al coronavirus el 26 de marzo, están bajo supervisión de la alcaldía comunitaria y policial. El centro de Salud quedó a cargo de verificar la salud de estas personas, entre ellos un niño de cinco años con desnutrición.
El alcalde de Momostenango, Vicente Chanchavac, dijo que la comuna le ha facilitado alimentos básicos a esta familia «porque ellos no pueden salir». El edil no tiene objeción en el ingreso de deportados a su comunidad y reconoce que entran por puntos ciegos. «Hay muchas veredas y es difícil (darle seguimiento)». De manera oficial, solo sabe de cuatro o cinco personas que volvieron en vuelos desde Estados Unidos y a estos se les tiene bajo cuarentena.
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La pandemia toca fuerte a los más vulnerables. Quienes huyen de la pobreza, la violencia y la falta de oportunidades, hoy tienen menos opciones fuera de su país. El Minex publicó un comunicado en el que pide que los guatemaltecos no hagan el riesgoso viaje, que ahora se agrava por la enfermedad, y advierte a quienes difunden mensajes que promueven la migración irregular.
*Hemos actualizado las cifras de este reportaje el 14 de abril a las 17 horas.
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