El costo de la improvisación

El mejor ejemplo que hoy en día podemos tener los guatemaltecos sobre el costo de la improvisación en el nombramiento de funcionarios públicos es el del ministro de Salud y Asistencia Social, así como el de su equipo de viceministros. Tome nota:

• En tres meses y medio de gestión (es decir, del 15 de enero al 30 de abril), el Viceministerio Administrativo Financiero del Ministerio de Salud ha estado ocupado por tres viceministros. En promedio, cada uno ha gerenciado el presupuesto de esta entidad durante 35 días. ¿Qué pueden aprender o implementar en ese período de tiempo?
• El Ministerio de Salud, en el programa 94 (donde se contabilizan los gastos por el covid-19), tenía al 30 de abril un presupuesto vigente de 1,414.7 millones de quetzales, de los cuales 79.6 millones estaban apenas en situación de «precompromiso» (es decir, en gestión de compra) y 15.9 millones estaban comprometidos. Sumando estos dos valores (95.5 millones) llegamos a una tasa de compromiso de recursos del 6.7 %. Y se había devengado el 0.49 % del presupuesto a la referida fecha. Tome nota de que aquí el problema no es la ley de compras, puesto que en estado de calamidad pública esta tiene una normativa más laxa. El problema es simple y sencillamente que en el MSPAS no saben comprar.
• Lo más absurdo y ridículo de estos datos es que la unidad ejecutora «hospital de Villa Nueva», donde se atenderá a pacientes con covid-19, según indicó el presidente de la república, apenas tenía en proceso de compra 398,000 quetzales de un presupuesto de 63.4 millones. Es decir, apenas ha ejecutado el 0.19 % de su presupuesto vigente.
• Aparte de la alta rotación de personal y de la baja ejecución de programas, unidades ejecutoras y renglones clave, hay que mencionar que la actual administración de Salud se ha dedicado a reducir el presupuesto para actividades que garantizan el bienestar de niños y de adolescentes, así como de poblaciones clave. Por ejemplo:

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• Se redujo en 3.9 millones de quetzales el presupuesto de las actividades de micronutrientes para niñas y niños menores de cinco años y en 2.4 millones el dirigido a mujeres en edad fértil. En su conjunto, el programa de prevención de la desnutrición crónica tuvo una reducción del 12.8 % entre enero y abril. ¿Y la cruzada por la nutrición, presidente?
• Pero las reducciones del presupuesto también afectan a poblaciones clave como las personas vulnerables al VIH, para quienes la reducción fue mucho más grosera: había un techo de 117.3 millones de quetzales, pero esta administración lo redujo a 60.5 millones, casi a la mitad.

Con estos datos yo le pregunto al presidente de la república, Alejandro Giammattei, cómo pretende que nosotros los guatemaltecos creamos en su discurso de que «vamos bien» cuando la administración público-financiera del Ministerio de Salud es un auténtico desastre.

Ya va siendo hora (creo yo), señor presidente, de que usted y su ministro de Salud rindan cuentas para agilizar la respuesta pública ante el covid-19. ¿Qué esperan para ejecutar? Por este tipo de situaciones es que a estos funcionarios públicos se les cita al Congreso: porque simplemente no dan los resultados inmediatos que la población necesita.

También es cierto, señor presidente, que no es su culpa haber encontrado un sistema de salud completamente destruido. Tampoco es su culpa que a menos de 50 días de gestión enfrente una pandemia mundial. Pero sí es su responsabilidad nombrar funcionarios probos, transparentes y eficaces en su trabajo.