Las despotricadas que ha habido en las redes sociales y en ciertos organismos con relación a la presencia del ya adjetivado como barco abortivo dan cuenta de ello. El affaire trata sobre un buque de la organización Women on Waves que, según dicen, está debidamente dotado para la realización de abortos supuestamente seguros y que serían realizados por manos expertas.
Ajenas a valiosas opiniones en contra, hubo otras contradictorias y risibles en dichas instancias (redes y organismos). Entre ellas, la del diputado Estuardo Galdámez, que gritó desde su curul: «Ese barco de inmorales ojalá se hunda en el mar». También la del diputado Raúl Romero, quien dijo: «No se debe permitir la entrada del barco de la muerte, pues esa iniciativa incentiva el delito». Ajá, pero Galdámez ha sido criticado por exhibir un costoso reloj de Q112 500 en el hemiciclo y Romero ha sido reconocido como una persona a favor de la pena de muerte. Por supuesto, nada tiene de malo poseer un reloj de semejante costo, mas ¿no es inmoral presumirlo en un país donde la gente se está muriendo de hambre? ¿Y qué decir de la falta de medicamentos en los hospitales?
Dejémoslo claro: yo estoy en contra del aborto. Empero, me llama a risa el baño de santidad que se dan estos y otros personajes, quienes, como dijo alguien de la misma calaña, «calladitos se verían más bonitos».
En otra esquina del mismo cuadrilátero, justamente cuando un conocido mío defendía a pies juntillas la supuesta inocencia de Otto Pérez Molina y de Roxana Baldetti por el caso La Línea (y otros), un noticiero anunciaba la acusación de la cual habían sido objeto Mauricio López Bonilla y doña Roxana en una corte de Estados Unidos. Son acusados de narcotráfico. Yo me limité a señalar el televisor (estábamos en un restaurante). Mi interlocutor guardó silencio y escuchó la noticia. A continuación me dijo: «¿Ya ve? ¿Ya ve? ¡Hasta dónde llega la maldad de los enemigos de estas honorables personas!».
Y en el lanzamiento de la Política Nacional de Empleo Digno don Jimmy Morales (quien se pega un resbalón tras otro) anunció que le habían llegado «rumores fundamentados» de un posible golpe de Estado. ¡Ay, Dios! Empecemos por que el significado de rumor es justamente algo incierto, confuso, extendido y no confirmado. Y el significado de fundamentar va en orden a certeza, firmeza y solidez. Ergo, más controversia no puede haber. O es rumor o es una información fundamentada. Por cierto, varios días han pasado ya y nada se ha sabido de la cuestión. Don Jimmy tendría que haber despejado ya el asunto porque puso al Estado en un verdadero brete.
Así las cosas, la dichosa frase «stultorum infinitus est numerus» (el número de los necios es infinito), atribuida a Cicerón por unos, a santo Tomás de Aquino por otros y a la Biblia por aquellos otros, parece dar cierto en nuestro país. Y la sentencia «lo torcido no puede enderezarse y lo que falta no se puede contar», de la cual estoy absolutamente seguro de que se encuentra en la Nueva Vulgata, parece refrendar que en Guatemala los maestros de la estulticia también son muchos.
¡Por favor, ya no les hagamos caso!
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