La cédula real de nominación está datada 15 de enero de 1547 y en esta se estipula que fueron los religiosos de fray Bartolomé de las Casas quienes, después de haber hecho la relación del cumplimiento de traer a la paz «Las dichas Provincias de La Candón, Tuzulutlán, e Cobán, e Acalá, a las cuales provincias habían propuesto por nombre Vera-Paz […] e YO, acatando en esto lo que los dichos Religiosos, por servicio de Dios e Nuestro […] por la presente es Mi merced e Mando, que agora e de aquí adelante las dichas provincias se llamen e intitulen de La Vera-Paz […]. YO, el Rey, por mandado de Su Majestad, Juan de Sámano».1
Y así comenzó una historia paralela, muy idílica y muy romántica que aderezó sin duda fray Antonio de Remesal, religioso e historiador español y cronista que solo llegó a América hasta el año 1613. Su narrativa, si bien contiene valiosos aportes como la obra Historia de la provincia de San Vicente de Chiapas y Guatemala o Historia general de las Indias Occidentales y particular de la Gobernación de Chiapa y Guatemala, minimiza al máximo la verdad de las crueldades cometidas y las guerras sucedidas. Incluso, adornó la muerte de fray Pedro de Angulo, el Primer Obispo de Verapaz, quien, yendo en ruta de San Juan Chamelco a Guatemala para consagrarse, murió en Salamá (1 de abril 1562) bajo extrañas circunstancias que llegaron a provocar sospechas con relación a un posible envenenamiento. Remesal adereza ese momento casi como una ascensión para «recibir el premio de tantos y tan gloriosos trabajos como por su amor y dilatación de la fe, había padecido».2
Las dos primeras citas corresponden al historiador Agustín Estrada Monroy sustentadas, según indica, en el Archivo General de Indias y en Antonio de Remesal.
Comentario mío: Un sesudo análisis de la tradición oral de Salamá indicaría que fray Pedro de Angulo, quien murió por el cólico miserere (según versiones orales de la segunda mitad del siglo XX), habría sido acometido por una peritonitis provocada por una apendicitis aguda o una oclusión intestinal.
La misma cédula real (arriba citada) contiene datos que se pueden rebatir. Historiadores como André Saint-Lu, Didier Bomeranse y Juan Pedro Laporte apuntan hacia otras vías con relación al dinamismo de reducción de los territorios. Veamos algunas.
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Los acalaes nunca fueron cristianizados ni evangelizados como reza la cédula. Después de haber acabado con la vida de fray Domingo de Vico, fray Andrés López y una treintena de guerreros del Cacique Aj Pop O’ Batz se les hizo la guerra por varios frentes. Unos lograron escapar hacia la Sierra de Chamá, otros se lograron establecer en la hoy Baja Verapaz fundando el pueblo de Santa Cruz El Chol y otros pocos fueron reducidos en el Barrio San Marcos, de Cobán, cuya actual zona 3, aledaña a San Marcos, se llama Barrio San Juan Acalá. Juan por Aj Pop O’ Batz, quien tomó dicho nombre al aceptar ser bautizado y Acalá por los acalaes que allí fueron presos y concentrados por haber provocado la muerte de Vico. Dicho sea, en ese barrio nací yo (el autor de este artículo).
Al territorio lacandón (para 1547 tampoco cristianizado ni evangelizado) solo se pudo entrar pacíficamente alrededor de 1693 (religiosos comandados por fray Antonio Margil).3 Y los Itzaes permanecieron en el centro de Petén hasta su reducción en 1697.4 Petén incluso, solo fue reducido 150 años después del final de la conquista. Para entonces no había un límite norte claramente definido con relación hasta dónde llegaba Tezulutlán (como sí existía hacia el oriente, el occidente y el sur).
Y es Saint-Lu quien pone la guinda cuando dice de los dominicos de México: «En el Capítulo Provincial de 1558 declararon solemnemente que este medio5 no solo era lícito, sino que se imponía como una obligación de conciencia y que el Rey debía proteger a sus súbditos contra las agresiones de que eran víctimas, lo que implicaba destruir totalmente a los lacandones».6
Así pues, la historia de Verapaz no fue tan dulce. Aquello que nos contaron en la escuela tuvo poco de vera y menos de paz.
1 Estrada Monroy, Agustín. (1979). El Mundo K’ekchi’ de la Vera-Paz. Guatemala: Editorial del Ejército. Págs. 250-251.
2 Estrada Monroy, Agustín. (1979). El Mundo K’ekchi’ de la Vera-Paz. Guatemala: Editorial del Ejército. Pág. 314.
3 Laporte, Juan Pedro. (1994). La población del Norte de Verapaz, Sur de Petén e Izabal. En: Historia General de Guatemala. Desde la Conquista hasta 1700. Tomo II. Guatemala: Asociación de Amigos del País. Fundación para la Cultura y el Desarrollo. P. 663 y ss.
4 Bomeranse, Didier. (1994). Los Lacandones e Itzaes. En: Historia General de Guatemala. Desde la Conquista hasta 1700. Tomo II. Guatemala: Asociación de Amigos del País. Fundación para la Cultura y el Desarrollo. P. 645 y ss.
5 «Este medio» se refiere a la guerra.
6 Saint-Lu, André. (1994). La Verapaz: Siglo XVI. En: Historia General de Guatemala. Desde la Conquista hasta 1700. Tomo II. Guatemala: Asociación de Amigos del País. Fundación para la Cultura y el Desarrollo. P. 627-636.
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