De acuerdo con información de la Fadea, este tipo de aeronaves están destinadas a utilizarse en entrenamientos para combates, es decir, para entrenamiento de guerra, para matar. Pero, a pesar de que Guatemala no está en guerra y de que está muy lejos de estarlo, estos aviones matan. No matan de la manera para la que fueron construidos, sino de forma silenciosa, pero igualmente dolorosa.
Son más de 200 millones de quetzales que se habrían podido destinar a reducir los índices de desnutr...
De acuerdo con información de la Fadea, este tipo de aeronaves están destinadas a utilizarse en entrenamientos para combates, es decir, para entrenamiento de guerra, para matar. Pero, a pesar de que Guatemala no está en guerra y de que está muy lejos de estarlo, estos aviones matan. No matan de la manera para la que fueron construidos, sino de forma silenciosa, pero igualmente dolorosa.
Son más de 200 millones de quetzales que se habrían podido destinar a reducir los índices de desnutrición o a mejorar la calidad de la educación de los niños y las niñas, que cada vez ven más limitadas sus esperanzas de un futuro prometedor. Son más de 200 millones de quetzales con los que se habría podido abastecer hospitales con medicinas, con los que se habría podido invertir en cualquier otra cosa más importante para evitar que miles de guatemaltecas y guatemaltecos migren en busca de un mejor futuro y que mueran en el intento. Pero no. A veces lo inimaginable se supera a sí mismo y se lleva vidas consigo.
Según declaraciones del vicepresidente Jafeth Cabrera, las aeronaves servirían para combatir el narcotráfico y otros ilícitos y de ese modo evitar que estos sigan afectando la economía del país. Pero cualquier persona con dos dedos de frente sabe que no necesitamos aviones de guerra para combatir el narcotráfico cuando quienes están en el poder se codean con narcotraficantes y otros delincuentes que buscan mantenernos en la miseria, en el atraso, en el abandono, y que son los culpables de que cada vez estemos más cerca de tocar fondo.
Para mejorar la economía del país es necesario reducir las desigualdades con empleo y con impuestos progresivos, no con fachadas de legalidades que resultan ser inmorales y poco democráticas. Mejorar la economía del país y combatir el narcotráfico pasan por fortalecer las instituciones estatales de todos los niveles. Mejorar la economía del país implica que incompetentes e impresentables como Jimmy Morales y compañía no tengan el poder de tomar decisiones que resultan afectando más a quienes tienen menos.
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Sin embargo, pareciera que lo que menos les importa al presidente, a las personas por demás oscuras que están detrás de este y al resto de sus aliados es combatir el narcotráfico y mejorar la economía de Guatemala. Por el contrario, se empeñan en que su legado sea lograr una restauración progresiva de la militarización del Estado de Guatemala, con lo cual se contravienen los acuerdos de paz y se hace que los avances en la democratización retrocedan décadas a cualquier costo.
Estos cuatro años del gobierno actual pueden ser solo una antesala a un futuro menos prometedor para el país, pero el tiempo de poder hacer algo para cambiarlo ya pasó —al menos si no queríamos vernos en la situación de escoger el próximo 11 de agosto entre, como coloquialmente decimos, «el sida y el cáncer»—. A casi un mes de haberse efectuado las elecciones generales, nos queda esperar una segunda vuelta en la que, independientemente de la decisión que tomemos, podamos meditar sobre el futuro que queremos para el país, en la que podamos decidir si queremos seguir comprando —porque el dinero sale de nuestros bolsillos— aviones innecesarios a costa de muchas vidas o si queremos menos desnutrición, más empleo y mejores condiciones para todos y todas.
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