Fue el resultado de más de cuatro años de labor bajo el liderazgo de ministros, científicos, expertos ambientalistas, economistas, líderes de la sociedad civil y un sinnúmero más de actores, quienes determinaron un borrador del modelo ambiental que deben seguir los países desarrollados y los que están en vías de desarrollo.
A partir del lunes 7 de diciembre, los mismos ministros y líderes participantes en la elaboración del borrador se reunirán, en una intensa y larga semana, para inte...
Fue el resultado de más de cuatro años de labor bajo el liderazgo de ministros, científicos, expertos ambientalistas, economistas, líderes de la sociedad civil y un sinnúmero más de actores, quienes determinaron un borrador del modelo ambiental que deben seguir los países desarrollados y los que están en vías de desarrollo.
A partir del lunes 7 de diciembre, los mismos ministros y líderes participantes en la elaboración del borrador se reunirán, en una intensa y larga semana, para intentar convertir el borrador en un acuerdo que sirva para frenar las emisiones antropogénicas que atrapan el calor del sol en la superficie del planeta y han contribuido a un aumento del calentamiento global.
Entre los países más afectados por el calentamiento global se encuentran las naciones insulares, los países con centros urbanos ubicados en las áreas costeras, los países con la mayoría de su población viviendo en extrema pobreza, las naciones con sistemas industriales basados en energías fósiles y los territorios del planeta en los que habrá mayores fluctuaciones de las condiciones climáticas. La advertencia es que el planeta se volverá cada vez más hostil para la humanidad en esas regiones, por lo que muchas de las acciones del borrador de la COP21 van enfocadas a fortalecer la adaptación de esos países a los cambios por venir. Es inevitable que el nivel del mar aumente e inunde grandes territorios e incluso países enteros en nuestros océanos. Además, países como Guatemala se verán afectados no solo por el aumento de la cantidad de huracanes, sino también por sequías severas que afectarán la seguridad alimentaria de millones de guatemaltecos.
La reducción de emisiones requerirá de un cambio en la matriz energética mundial, lo que debe llevarnos a utilizar métodos distintos a la quema de carbón, petróleo y gas para la generación de energía. Guatemala es un país que en los últimos años ha diversificado su matriz energética y que actualmente produce más de la mitad de su energía mediante energías renovables. Sin embargo, la caída de los precios internacionales de los combustibles fósiles podría retrasar este proceso, y dependerá de nuestro liderazgo en el Gobierno velar por que la mitigación del cambio climático en el país sea efectiva. Sin duda, el futuro gobierno de Guatemala y sus ministros de Ambiente y de Energía y Minas tendrán un resbaladizo trabajo evitando caer ante los sobornos y la presión de los lobbies de distintos sectores industriales y mineros, así como de los intereses del carbón y del petróleo, entre otros, que podrían surgir ante los acuerdos que emanen de la COP21.
Desde ya sabemos que esta semana se pactará un acuerdo que será revisado al menos cada cinco años, cuando se evaluarán los compromisos adquiridos por todas las naciones, y le tocará al gobierno de Jimmy Morales vigilar el cumplimiento de lo acordado.
Los países del Sur global han pedido financiación para pagar la costosa mitigación y adaptación al cambio climático mediante tecnologías renovables. Millones de dólares fluirán a través de organizaciones gubernamentales y no gubernamentales de los países del Norte global hacia el Sur. Sobre la sociedad civil y las comunidades en las que se invertirán estos recursos recaerá la difícil responsabilidad de fiscalización de miles de millones de dólares que empezarán a fluir hacia nuestros países a partir del año 2020. Mientras tanto, en los próximos cuatro años tendremos la responsabilidad de identificar, en colaboración, mediante un nuevo pacto ambiental inclusivo, las áreas y regiones de Guatemala que requieren la mayor atención para mitigar los cambios climáticos por venir y adaptarnos a ellos.
El próximo viernes 11 de diciembre finalizará la COP21, y nuestros negociadores regresarán a casa con nuevas noticias y retos sobre los compromisos, las obligaciones y las responsabilidades compartidas que se pactaron. Mientras tanto, a nosotros, como líderes de nuestros grupos de interés, nos toca empezar a identificar proyectos de mitigación y adaptación ante el cambio climático antropogénico. Finalizo compartiéndoles una lista de los temas que considero que requerirán de nuestra iniciativa y creatividad para proponer proyectos de mitigación y adaptación ante el cambio climático:
- Los bosques del país continúan desapareciendo y son reemplazados por cultivos.
- La escasez del agua aumentará debido a la deforestación y a la extracción no sostenible del agua para actividades industriales, lo cual aumenta la vulnerabilidad de las cuencas del país.
- La contaminación del recurso hídrico ha aumentado, y no tenemos una política de manejo de aguas o una ley que regule el uso del agua.
- Actualmente, la gran mayoría de los desechos sólidos se depositan a cielo abierto en basureros ilegales.
- Las áreas protegidas y las reservas naturales están siendo destruidas por actividades económicas ilegales.
- Las actividades de extracción de recursos del subsuelo continuarán bajo un sistema de permisos ambientales que no cumplen con requisitos internacionales de protección de los intereses, la salud y la propiedad de todos los guatemaltecos.
- Los cambios en la cantidad de lluvia que afectará a algunas regiones del país y la sequía en otras regiones aumentarán la fragilidad de la seguridad alimentaria de los habitantes más pobres del país (según la Cepal, 70 % de la población guatemalteca se encuentra en una situación de pobreza multidimensional).
- El crecimiento de la población y el avance de las urbanizaciones de manera desordenada son algunos de los principales riesgos para el ambiente, y Guatemala es el país de América Latina con las proyecciones de tasa de natalidad más altas. Para el año 2050 habremos duplicado nuestra población actual, según datos del Banco Mundial.
- Carecemos de la capacidad técnica, tecnológica y económica para enfrentar los desastres naturales, tal y como la reciente catástrofe de El Cambray II, en la ciudad de Guatemala, lo demostró. La amenaza que representarán mayores desastres climáticos tiene actualmente a millones de guatemaltecos viviendo en zonas de alto peligro, y no existe ninguna propuesta gubernamental para cambiar esta situación.
- Mejorar la calidad de vida de la población en el contexto del cambio climático por medio del ejercicio de sus competencias ambientales, además de incentivar cambios de actitudes y de comportamientos de los guatemaltecos ante el cambio climático.
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