Allí recibí un testimonio de lo que significa la migración para la población chuj, uno de los nueve pueblos indígenas que conforman Huehuetenango: «Para la población chuj, los migrantes nunca se van. Ellos están aquí y están allá». Esto también hace referencia al concepto acuñado por P. Gilroy sobre las identidades complejas (culturales) que se construyen en los procesos transnacionales, en los cuales esta condición permite la bifocalidad entre identidades locales e identidades globales a partir del lugar imaginario-lugar habitado y el yo soy y yo seré, que rompe con las categorías estadocéntricas.
Por medio de este estudio exploratorio pude interpretar que la realidad migratoria estaba rompiendo muchos esquemas no solo en la significancia de agrietar la conformación de los Estados nación al transgredir sus fronteras y las ciudadanías, sino también en la construcción de imaginarios que les permiten una mirada abierta, desde seguir reconociéndose como parte de sus comunidades de origen hasta pensarse y vivir desde otras comunidades ajenas a su cultura y a sus contextos de vida, en procesos de ida y retorno, allá en ese otro país donde incluso ya están construyendo comunidades y están en el proceso de lucha por otra ciudadanía.
A partir de esta reflexión surge entonces el planteamiento de que es necesario fortalecer esta experiencia transnacional, pero no alejada de la realidad de sufrimiento que afronta la población migrante frente a las políticas restrictivas de los Estados que transita y al que llega, sino fortaleciendo su propia identidad, que se constituye entre esos múltiples muros, entre el aquí y el allá, donde a través de sus redes van tejiendo nuevas relaciones de posibilidades.
Con esta misma inquietud, hace algunos meses, en un evento denominado Encuentros Irruptivos, lanzamiento de la iniciativa Socialab Guatemala, me encontré con un migrante guatemalteco, Reginaldo Haslett-Marroquín, originario del Petén, que vive hace ya varios años en Minnesota, Estados Unidos. Él forma parte de la organización Regeneración Internacional y promueve desde esta un sistema resiliente de alimentos para revitalizar las comunidades rurales, el cual ha sido llamado La Revolución de las Gallinas. Como parte de nuestro intercambio sobre la realidad migratoria y sus alternativas nos unimos en la idea de realizar una cumbre de migrantes que permita articular sistemas productivos desde la experiencia transnacional. A esta aventura nos hemos sumado como grupo promotor Socialab, Regeneración Internacional y el Instituto de Investigación y Proyección sobre Dinámicas Globales y Territoriales (IDGT) de la Universidad Rafael Landívar.
La cumbre está planificada para los días 20 y 21 de octubre en la ciudad de Quetzaltenango, precisamente porque es una sede céntrica del occidente, y pretende reunir a la población migrante, a sus familias y a sus comunidades allí donde se origina la migración más importante para el país.
El objetivo de la cumbre es, en principio, recoger y fortalecer todos esos sentidos que hoy configuran la identidad migrante, sus esperanzas, sus sueños, sus fracasos, pero también todo ese significativo aporte que los emigrantes hacen al país a pesar del sufrimiento que padecen. También tiene como objetivo hacer ver que esta población migrante, toda ella, constituye ya el tercer sector de la economía con su aporte del 10 % al PIB nacional, un equivalente del aporte de todos nosotros con el IVA. Sin embargo, sus esfuerzos están aún dispersos y no reciben el reconocimiento del Estado, lo cual significaría aplicar un conjunto de políticas y de acciones públicas para la integración de sus remesas al desarrollo local y nacional allí donde se padecen el hambre, la pobreza y la exclusión, de tal modo que se rompa con las estructuras concentradoras y centralizadoras, que no están permitiendo que la migración sea solo una opción, y no la opción para la generación de condiciones dignas de vida.
Ya se han sumado al reto otras organizaciones de las diferentes denominaciones religiosas, organizaciones de migrantes, entidades acompañantes internacionales y nacionales, y empresas con el compromiso de apalancar un nuevo sistema económico capaz de generar condiciones autónomas de bienestar para las mayorías, todas las cuales nos daremos cita allá en el Centro Intercultural de Quetzaltenango.
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