Sin embargo, la cosa tampoco es que esté difusa. En las mismas manifestaciones hay consignas y demandas clarísimas.
La primera, contundente e indiscutible, es la renuncia del presidente Otto Pérez Molina. El exgeneral ha perdido toda legitimidad como cabeza del Ejecutivo, y prácticamente la totalidad de sus acciones están sometidas a la descalificación ciudadana, tal como quedó demostrado con su intento torpe de integrar una comisión de alto nivel para lavarse la cara delegando su responsabilidad en la crisis de la SAT.
Con medios reportando que el sábado pasado acudimos a manifestar alrededor de 60 000 personas solo en la capital, más los miles que manifestaron en otras ciudades en el interior del país, más quienes manifestaron en el extranjero, la renuncia de Pérez Molina no debería ser motivo de discusión. Su renuncia obedece más a la tensión entre su cobardía, avaricia y cara dura y un sentido mínimo de tino y pudor político. Igual que Baldetti, Pérez Molina es un cadáver político, y su futuro inmediato debería ser la investigación por parte de la Cicig y del MP, sin inmunidad, y la comparecencia ante los tribunales de justicia. Ningún otro.
Y esa justamente fue otra de las consignas muy claras de la manifestación: investigación y juicio para los saqueadores del pueblo, magistralmente retratados en la portada de la edición del sábado de elPeriódico: Pérez Molina, Baldetti y el prófugo Monzón. El rechazo general a la corrupción también es parte de la demanda de justicia y el fin de la impunidad en Guatemala.
Otra consigna muy clara es el rechazo a algunos candidatos y al sistema político. La credibilidad hacia los candidatos y los partidos es casi nula. Resulta insultante a la inteligencia de la ciudadanía la nueva propaganda de Manuel Baldizón pretendiendo hacer creer que la manifestación del sábado fue para apoyarlo. ¿Es que acaso los de Líder no vieron o no les informaron que entre la multitud circuló una piñata de Baldizón y decenas de pancartas diciéndole: «¡No te toca!»?
O, por otro lado, ¿a quién quiere engañar el Partido Patriota proclamando a Mario David García como candidato presidencial? Es evidente que la principal motivación del señor García es comprar la inmunidad que ofrece ser candidato presidencial (el artículo 217 de la Ley Electoral y de Partidos Políticos establece que los candidatos presidenciales y vicepresidenciales gozan de antejuicio una vez inscritos). Este payaso de múltiples máscaras (supuesto economista, abogado, libertario, mofa de erudito, conspirador, caricatura de periodista, golpista, mentiroso, etcétera) demuestra que su miedo a que lo investiguen por su amistad con Luis Mendizábal es tan, pero tan grande que no tiene problema en tragarse las diarreas verbales que espetó desde su programa radial Hablando claro, en el cual denunció e insultó a Baldetti, a Pérez Molina y al Partido Patriota, para ahora, con todo el descaro del cual solo él es capaz, solazarse con los naranjas. Mercado descarado de impunidad.
Con la manifestación del sábado, este movimiento ciudadano demostró fuerza y madurez (no hubo violencia ni abusos) y que sus demandas y consignas son correctas y pertinentes. Es urgente iniciar el diálogo sobre qué hacer y cómo hacerlo, ya que las complejidades políticas y jurídicas son altas. Es necesario discutir y definir aspectos operativos como la designación del gobierno de transición, sensibles como que la Cicig y el MP investiguen el financiamiento a partidos políticos y a candidatos, y estructurales como una nueva ley electoral y de partidos políticos.
Lo que sí es claro es que el gigante dormido ha despertado. Y está andando.
¡Adelante!
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